Sunday, September 25, 2005



Heather Leigh – Give the Ashes to the Indians (Volcanic Tongue, vt001, 2005)

‘Give the Ashes to the Indians’ es la más reciente oferta de Heather Leigh Murray. Tras abandonar Charalambides el año pasado, Heather se instaló junto con su pareja, el escritor David Keenan (ahora Leigh), en Escocia. Ambos formaron una nueva banda, Taurpis Tula, la cual en mucho evidencía ruptura y repetición con respecto al presupuesto de las actuales bandas de neo-folk.
Y es que a pesar de que Taurpis Tula siguen la trayectoria de las más de estas bandas, tras escuchar algo de su material es claro que su perspectiva es un poco más cruenta y, dios mío, bastante más difícil de asimilar. Después de dos contribuciones notorias al espectro del underground reciente, ‘Sparrows’ en Eclipse y ‘1976’ de factura casera, hubo un largo lapso de silencio. Entonces ambos personajes fundaron la distribuidora galesa Volcanic Tongue, en donde ofrecen material de prácticamente todo lo que vale la pena en forma exclusiva al mercado europeo.
Para el momento que Volcanic Tongue se encumbraba como la respuesta europea a Fusetron y Eclipse, ya se hablaba además de un par de objetos a poner en circulación por ésta, el ya tan postergado ‘Always Remember...’ y un libro de poemas del rebautizado David Leigh. Sin embargo, ninguno de éstos ha llegado –y aparentemente no habrá de llegar por un buen rato-, y en vez de ello, brutalmente, sorprendentemente, la virginal disquera ha puesto en circulación dos joyitas sumamente limitadas, lo nuevo de Taurpis Tula –del cual ya habrá ocasión de hablar- y este ‘Give the Ashes to the Indians’. Ambos discos están numerados y limitados a 121 copias –considerando que tan velozmente se agotó ‘1976’ sugiero prisa por parte de los interesados.
Este nuevo disco, editado en formato de cdr en un agradable cd con anverso negro y cubierto por una portada de cartón con una fotografía impresa, rompe un poco con la tradición de austeridad absoluta de los cdrs, al ofrecer un diseño bastante decente que no pide nada a una edición regular de cualquier disquera. En cuanto a lo que más nos concierne, la música, esta entrega es, invariablemente, en cualquier sentido radical.
Tras escuchar apenas los primeros minutos resulta evidente que ya ha quedado muy atrás aquel ‘Quatro/Vocal’ que presentaba por primera vez a Heather en plan solista. Su sonido también dista ya bastante de las primeras entregas de Scorces (como por ejemplo su homónimo debut en Wholly Other (W.O.8) y el lp ‘Vivre avec la Bête’ editado en una edición de 525 copias en Eclipse (Eclipse 019)), y parece aproximarse bastante más al de los últimos trabajos de Charalambides, como el fantástico‘Joy Shapes’ (Kranky) y el material también editado por Kranky (re-editado en realidad) bajo el nombre de ‘Unknown Spin’. En éstos, las cualidades etéreas de la voz y la lap-steel de Heather se conjugaban con la profundidad de la voz y guitarra de Cristina Carter y con la postura firme en guitarra de Tom a tal grado, que a veces resulta prácticamente imposible señalar quien estaba haciendo qué.
Ofertas como ‘Give the Ashes to the Indians’, y mucho del material solista que por su parte han venido poniendo en circulación Tom y Cristina, desentrañan bastante el enigma –cada vez es más claro el cómo y el dónde a partir de ellos. En esta particular entrega podemos observar cómo la intención de Leigh está lejos de intimar como hacía tan preciosamente en ‘Vivre avec la Bête’. En este caso no es meramente una cualidad etérea la impuesta por la solista, atestiguar su visión musical es como observar el vacío desde grados abismales; en mucho tiene esto que ver con que la obstinación con respecto al uso y abuso de un instrumento para Leigh parece ser reglamentaría. Su combinación de este excesivo maltrato tanto de su voz como de su lap-steel, muy cargada de reverberación y saturación, parece así representar la serpentina interminable de una caída infinita.
En ‘Give the Ashes to the Indians’, compuesta de una larga pieza de más de cuarenta minutos (casi cincuenta, de hecho), Leigh parece posicionarse en tres instrumentos distintos al menos, su inseparable lap-steel, lo que aparenta ser una guitarra arqueada y un teclado, (bueno, y su voz ). Cada una, como es de esperarse de un disco totalmente improvisado, tiene sus pros y sus contras.
En lo personal encontré la fracción de los teclados la menos sobresaliente. En ésta, la falta de conocimiento con respecto al uso del teclado la hace depender demasiado de los efectos, haciendo que la pieza culmine por instantes en un aparente jugueteo – bastante impropio para una grabación, no importa cuan independiente sea. Por otra parte, la sección final, que está compuesta por una compleja serie de intervalos circulares, extremadamente exagerados, ofrece al disco una presencia bastante poderosa. Particularmente al momento de combinar su voz fuerte y sin vaivenes con las huidizas sombras que la guitarra ofrece el efecto es paralizante.
Algo es claro, en este disco Heather decidió hacerlo todo abandonando las medias tintas. Su música aquí se nota imbuida y presa de todo lo que pasa a su alrededor. Su determinación es clara y segura y no se conforma sino con el ataque frontal y directo al escucha. En ese sentido muy similar al primer disco de Scorces, ‘Give the Ashes to the Indians’ es nutrimento puro para el alma –para el alma que sabe contemplar y gozar de la mística sonora y de las imágenes escondidas en la profundidad de sus malezas.

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