Thursday, September 25, 2008

Rusalka (What We Do Is Secret, s/n, 2008)

Rusalka es el nombre del proyecto de la canadiense Kate Rissiek y esta cinta para What We Know Is Secret es su esperado debut. En este cassette no se dejan ver medias tintas en absoluto, el trabajo de Rissiek es brutal y contundente.
"Visions" es puro sobrecalentamiento ruidístico, una serie de febriles declamaciones a cargo de piezas mecánicas al borde del colapso. Asentados en un ritmo cerrado e invariable, los furiosos resuellos del feedback de micrófonos se repliegan a lo largo del lento proceder de su circular órbita. El tiempo se abre y la gruta que conduce al sonido se vuelve cada vez más estrecha y opresiva.
"Cold Naked Floor" es aún más abrasiva. Desde su despegue, este track se muestra caótico y violento con tonos altísimos y embates maquineros que se alternan con descargas de pura distorsión. La constancia del pulso ruidístico se ve interrumpida a mitad del viaje por los desgarrados gritos de Rissiek, haciendo que la corrosiva furia persista en su proyección.
Gran debut el de Rusalka, que junto a Sick Buildings, Wapstan, Taskmaster y Flatgrey entre otros, es muestra del poderio noisero que se comienza a perfilarse cada vez más desde Canadá. (S.S.)

Friday, September 19, 2008



Sky Juice - Hard To Kill (Olde English Spelling Bee, OESB-17, 2008)

No estar demasiado interesado en el trabajo de Zac Davis, me han dicho varias veces, me salvó de situaciones desagradables -paquetes impostergablemente postergados, discos desparecidos, fondos y recibos extraviados. Aparentemente, hasta hoy Davis sigue sin regenerarse y ésto ha provocado que incluso algunos de sus más fieles amigos le hayan dado la espalda. Y con todo, sus creaciones siguen provocando interés en muchos, como en la gente de Olde English Spelling Bee, quienes apenas han puesto a la venta el lp "Hard To Kill," de Sky Juice, proyecto fantasma de Davis que pretendía, en la más pura vena de Damenbart, hacerse pasar por un oscuro proyecto de rock sicodélico americano de los setentas, recién rescatado del olvido por el hallazgo de esta grabación.
En una edición de apenas trescientas copias numeradas, "Hard To Kill," a pesar de quedar lejano a su supuesto cometido, es un disco que vale por sí mismo, tanto más allá de la broma/homenaje. Con trece cortes que comienzan en su mayoría in medias res y que en ningún caso muestran una clara tendencia por cierto tipo de direccionalidad, Sky Juice deambula entre el rock guitarrero, la sicodelia desmadrada y el noise rock. Algunos momentos se dejan sentir francamente lejanos, repletos de atmósferas distantes y envueltos en nostalgia ("Delaware, Under Where?" o "Glacial Rain"), otros resuenan evidentemente contemporáneos, sumidos en el exceso ("The Sniper") o en busca del rescate de aberrantes formulaciones pseudo pesadas ("Phone Numbers" o "Dark Power").
A partir de este extraño homenaje a una serie de supuestos, Davis logra formular efectivamente un trabajo afortunadamente coartado, gratamente incompleto, que se empeña en mostrar apenas retazos de sesiones enormes, con miras a la eternidad. Al ser apenas selecciones, estos atisbos a las "sesiones" de Sky Juice ofrecen, muy a propósito, sólo momentos llenos de fuerza, destellos de un sistema utópico que jamás será develado. Muy bueno. (S.S.)

Saturday, September 06, 2008

Nadja



Nadja - Thaumogenesis (Archive, archive30, 2006/2008)

Una corriente subterránea de texturas etéreas se desliza lentamente a través de los cinco primeros minutos de "Thaumogenesis." Un flujo melódico distante, mitad shoegaze, mitad sludge, se presiente. El primer tema termina así, dejando una semilla diminuta, ínfima, que germina en un instante con un enorme y estruendoso golpe de distorsión y percusión sintética. Aidan Baker y Leah Buckareff se dan, a partir de ese momento, a la tarea de hacer eco de esos primeros instantes, a destrozarlos, a obviarlos, a sublimarlos.
Es apenas obvio que tanta gente haya repudiado este disco: "Thaumogenesis" muestra a Nadja, y a todo lo que les caracteriza en el vórtice de su ciclónica génesis artística, sin concesiones ni tapujos. Sesenta y un minutos y cuarenta y tres segundos de seguimiento percusivo lento, vulgarmente provocativo y de estoico seguimiento de un tema, que requieren y exigen inmersión total del escucha en sus pantanosos parajes.
"Thaumatogenesis" está dividido en una serie de momentos en los que el dueto juega con los elementos melódicos del tema principal para generar un muro sonoro de amplitudes e intensidades variables. Desde el ambient casi droner con que deambulan durante la primera parte del disco, pasando a través de la pulsante contundencia con que avanzan hacia su mitad, hasta la hipnosis inducida por drones brillantes hacia el cierre total, Nadja conduce a través de un sinnúmero de estilos, empleando dubs, loops, vocales, delays a destiempo, enormes distorsiones, silencios secos y atmósferas inquietantes en una épica sónica difícil de equiparar. Nadja han creado en éste un disco que exige sumisión ciega y que ofrece a cambio deleítes inquietantes y fascinación pura.







Nadja - Thaumoradiance (Archive, archive44, 2008)

Como complemento a la reedición de "Thaumogenesis," Archive puso a la venta "Thaumoradiance," un disco en el que Nadja presenta versiones en vivo del tema del disco en estudio y de "Radiance of Shadows," del álbum del mismo nombre. Ambos tracks provienen de una presentación que el dueto realizó en su nativa Canadá en The Music Gallery. La idea de que Nadja logre la contundencia de sus álbumes puede hacer a más de uno desconfiar; sin embargo, la programación que Baker hace logra traducir la profundidad de los temas originales a un contexto en directo, al tiempo que ofrece a ambos músicos un campo lo suficientemente abierto para dotar de una mayor expresividad a ambas piezas.
Los dos temas se presentan en versiones considerablemente reducidas pero que sintetizan las ideas principales de las versiones originales. Las selecciones que conforman estas versiones toman los momentos de mayor contundencia y muestran el poderío con que Baker y Buckareff arremeten en contra de sus instrumentos. La organización y el control develan el minucioso trabajo invertido en cada momento, jamás dejando un instante a la improvisación.
"Radiance of Shadows" alterna en su apertura una serie de cortes y cambios de volúmen que esencialmente buscan el lucimiento de los fragmentos de obliterante distorsión. Sigue sorprendiendo, aún en vivo, la capacidad de Nadja de reunir en un esquema poderoso y preciso -basado en las formas habituales del metal, particularmente del doom- secuencias sonoras sumamente elaboradas basadas en mareas de ruido con trasfondos melódicos, parte Type O Negative, parte My Bloody Valentine. El final, con un abandono total hacia un gélido paisaje de ruido, remonta muy alto y se desvance enmedio de su fervor.
"Thaumogenesis" se presenta aquí recortada a casi la mitad -lo cual muchos agradecerán, probablemente- centrándose en los momentos más pesados pero sin necesariamente concentrarse únicamente en ellos. La virtud principal de esta versión es sin duda exhibir cuidadosamente las atmósferas llenas de texturas que fungen como marco al cerrado paso de una rítmica lenta y enorme.
Una curiosidad más en el enorme catálogo de Nadja, pero, sin duda, uno realmente deleitoso. Y casi se nos pasa mencionar el arte de portada de ambos cds, diseñado por el gran Stephen O'Malley, ofreciendo el perfecto retrato del páramo imaginario electrónico/animal que habita Nadja. (S.S.)


Robedoor - Shapeshifter Slave (Olde English Spelling Bee, OESB 13, 2008)

En relativamente poco tiempo, el dueto Robedoor pasaron de ser un gran secreto a convertirse en una de las bandas más prolíficas y cotizadas de Estados Unidos. Sorprendentemente, su incesante calendario de grabaciones no implica una falta de control de calidad; la mayor parte de sus registros ofrecen excelentes muestras de sus elevados estándares, de sus también elevados jams y de sus pesados naufragios en las aguas oscuras del drone.
En "Shapeshifter Slave," Robedoor emplean sobre todo sintetizadores análogos que dotan de una inconfundible profundidad las sendas de sus sonidos. La estrategía de combinar vocales con los cavernosos resuellos de la sintesis convulsionada, aunque prácticamente invariable en sus trabajos, no deja de provocar estremecedoras cargas de monolítico, informe y amainado ruido; como si las más violentas descargas de neurosis sónica se hubieran detenido para tomar un respiro, cobrar dimensiones portentosas y comenzar a marchar a dos kilómetros por hora. "Invisible Osiris" es buena muestra de ello; ésta, la pieza más larga de la primera cara, parece querer perderse entre imágenes contemplativas y el absorbente seguimiento de un delirio introspectivo cimentado por una lenta, apenas emergente percusión. "Condemned Descent," por su parte, resuena lejanamente a Double Leopards y a Hototogisu, con una guitarra sobrecargada, drones vocales y un drone inflexible y voraz, que parece querer culminar devorándolo todo, pero que pierde ante la inercia y deja morir su carga en un susurro. "Lifelong Illusion" es una réplica a los eternamente enormes minutos iniciales del "Careful With That Axe Eugene" del "Ummagumma." Igualmente densa y demoledora, con su paso tonal cerrado y diminuto, termina por desprenderse de su inicial melliza y optar por una serie de rasgeos casi inconéxos en guitarra, que se ven seriamente disminuídos ante la mole guardándose al fondo de los abismos. Con "Heavy Light," Robedoor cierran "Shapeshifter Slave" envueltos en una atmósfera enrarecida. Un sintetizador que no sabe si perderse entre la tiniebla o una relativa dulzura detenta un vuelo que no deja de avanzar y no para de resonar, envuelto en corrientes de confusión y decaído ensueño.
"Shapeshifter Slave," como todo buen trabajo de Robedoor, ofrece visiones, no música, misterio y sinsentido a partes iguales. Para disfrutarlo aún más, hay que cerrar los ojos y dejarlo hacer su magia sin atisbos ni razones. Como nota final, Pete Swanson -de los recién fenecidos Yellow Swans- se encuentra a cargo de la masterización.(S.S.)
Bones of Seabirds - Nihanisyati (Anathema Sound, AS02, 2008)

Más trabajos de síntesis, esta vez a cargo de Ryan McGill, alias Bones of Seabirds, quien, en tres cortes, establece una retórica aural de involuciones constantes a partir de un sintetizador. Estas andanadas de aterciopelada oscuridad son aumentadas en cada uno de los cortes por sonidos que le adhieren una dimensionalidad bastante impactante.
En "Lost In Green Fields," por ejemplo, McGill opta por dejar al fondo la presencia obliterante del potente teclado y sus secuencias, permitiendo que el centro del escenario lo ocupe la enorme distorsión de una guitarra que quiere forjar algo entre un cuadro de doom y uno de shoegaze. A pesar de que el inicio de este track es impresionante por la cantidad de sentimientos que parece querer invocar, la falta de contundencia de un armazón compositivo deviene en un solo no muy agradable, pero que constituye una de las pocas debilidades de esta efímera cinta.
"Conqueror," abriendo la cinta, con sus invocaciones a una pesadez guitarrera colorida y repetitiva forja una unión intrincada y apasionada con el sintetizador. En sus complementarios rugidos, embaten la distorsión, el drone, el ambient más espeso y la pulsión inacabable del bajeo amplificado en vivo contra amplificadores. Una sicodelia potente, oscura que culmina bellamente con el canto de una cuerda falsa que inhala y exhala siniestros alientos. (S.S.)

David Russell - All Sounds 2 (SKSK, SKSK43, 2007)

Gracias a sus más recientes trabajos en Catholic Tapes y Wagon, David Russell ha dado a conocer a mayor escala su trabajo artístico, basado en la manipulación y mezcla de una gran variedad de música, propia y ajena en un contexto muy propio y complejo. En "All Sounds 2," Russell establece lo que él mismo llama "una reacción negativa a la invasión de Irak." Masacrando sonidos, Russell pega los irreconocibles miembros bajo un misterioso reordenamiento para que se ajusten al desarrollo propio de sus temas. A veces lo hace de una forma que aparenta ser tan anárquica que el resultado, caótico e ilógico, adquiere una potenciación rarísima de extraña intencionalidad.
En "Chaos Theory," Russell malabarea una multitud de fragmentos sonidos, cambiándoles tiempos, modificando sus originales ordenamientos, introduciendo y quebrando rítmicas en una labor que aprenta ser la de un dj infernal, produciendo un sentido envuelto entre el terror del desorden y de la confusión. Otros momentos, como "Portrait: 06.12.77," a pesar de no sostener la cantidad de elementos que la primera, sí logran orquestar una atmósfera enrarecida de colapsantes, irreconcialables piezas que son unidas sin prestar el más mínimo detalle a la lejanía de sus sonidos.
Entre los radicales nueve temas que componen "All Sounds 2," aparece la dulce extrañeza de "A Coallition of the Living," la cual, mediante el uso de cuerdas arqueadas, busca dotar de una forma al inconstante delirio, y, de cierto modo muy relativo. lográndolo. Luego "Foreign Object Free," entre loops y sonidos informes, sostiene una decadencia que prácticamente elimina los elementos musicales de su composición.
Así, devaneándose entre la musicalidad y el caos, Russell brinda a sus escuchas una colección de temas radicales cuyo habitat más obvio sería el absurdo, pero que pardójicamente , ante la más simple observación, se constituyen como unidades propias, repletas de significado y torcidos deleítes. Grabado originalmente entre 2002 y 2003 y recién reeditado por SKSK, "All Sounds 2" es una de las más antiguas y esenciales evidencias del trabajo de este gran artista. (S.S.)

Friday, September 05, 2008

Area C - Haunt (Last Visible Dog, LVD 113, 2007)

Area C es una de esas rarezas de tiempos presentes que uno difícilmente puede explicarse existan. El proyecto de Erik Carlson, aquí acompañado por Jeff Knoch de Urdog, en "Haunt" basa su sonido en esos mastodontes de sintetizadores, los farfisa. Dichos órganos ofrecieron sus profundos registros a bandas como Tangerine Dream, Neu!, Cluster y Pink Floyd durante el auge de la primal electrónica progresiva hacia finales de los sesentas. No es difícil asociar, por ende, los paisajes electrónicos de estas bandas fundacionales con la gran mayoría de los intentos de bandas actuales por establecerse a partir de una serie de referencias.
Sin embargo, contra lo que pudiera preverse, ése no es el caso de "Haunt." A pesar de que prácticamente la totalidad del álbum esté repleto de las voces de este instrumento, las ideas dominantes en su trasfondo claramente le identifican como un álbum imbuído en las intencionalidades propias de su tiempo. El eje en "Haunt" es la improvisación. Incluso algunos cortes muestran fragmentos relativamente fallidas hacia sus extremos, haciendo este sacrificio basados en la necesidad de preservar un flujo temático, una constitución espontánea y fresca: Nada más lejano a la búsqueda de la absoluta perfección por medio de la innovación de los ya mencionados conjuntos.
Esto no quiere decir que la música de Area C sea deficiente de ninguna manera. Mucho más cercanos a la tradición de Jewelled Antler y de la propia disquera que edita, Last Visible Dog, el dueto presenta música con raíces bien cimentadas en imágenes cuasi-pastorales -como en el caso de la abridora "Outside the Flaming Body," donde incluso los órganos resuenan tan nostálgicos como los de algunas composiciones de Thuja- o la soleada segunda parte de "Circle Attractor" -que propone un sonido que pareciera el de Growing si se deshicieran de todo su bagaje de distorsión y pseudo-doom.
En total, "Haunt" presenta seis piezas fantasmales embotadas de los espíritus invocados por el portentoso canto del farfisa y de los tejidos de una guitarra etérea. Convocando música que fácilmente podría etiquetarse como drone -y Riley ciertamente parece resonar por momentos entre las agridulces melodías, montado en el eterno canal del gran zumbido- Area C demuestra que sus dinámicas superan dicho estadio, llevando sus temas a una complejidad de ámbitos más obviamente musicales, pero de un efecto mucho más introspectivo y delicado. (S.S.)