Tuesday, September 18, 2007


Angels of Light - We Are Him (Young God Records, 2007)

El único problema con Michael Gira es saber hacia donde se dirige. En cada eslabón de su carrera de más de veinticinco años, el fundador y ex-líder de Swans ha demostrado ser acumulativamente impredecible. Los giros que sus trabajos han dado desde que abandonó la nave de Swans en 1997 han sido especialmente vertiginosos, y particularmente lo han sido los discos de Angels of Light. En ellos, Gira ha optado por mostrar cualidades profundamente intimistas desde una esfera musical sencilla y directa, esto, claro, sin querer implicar que se trate de trabajos simplistas; la misma obsesividad por conseguir un sonido específico por la que se hizo conocido en Swans persiste en sus discos, aunado a una enorme claridad propositiva.
Su largamente anticipado "We Are Him", nuevamente, destroza preconcepciones. Presentando material totalmente nuevo, con la única excepción de "Promise of Water", que ya había parecido en una versión acústica en su acetato solista, "Songs for a Dog", Angels of Light crean un espacio y un registro totalmente nuevo, lleno de profusión sonora, con material de un lirismo excepcional, que, siempre sorprendentemente, presta atención a cada detalle.
En cierto sentido, este trabajo supone un cierto balance con respecto al trabajo presente y pasado de Gira; en él participan tanto músicos que le apoyan actualmente -como los neofolkers Akron/Family-, como algunos que participaron en la última recta de la carrera de Swans -como los percusionistas Steve Moses, Phil Puleo y el gran Bill Rieflin, garantizando una contundencia percusiva, así como el guitarrista Christoph Hann, nuevamente dando fuerza y dimensionalidad a los momentos más blandos del trabajo. Por supuesto, a pesar de que hay cosas genéricamente discernibles en este trabajo, no deja de tratarse de una creación concretamente diversificante.
Un trabajo de Angels of Light jamás había sonado tan tópicamente clásico, tan contundentemente pop. "Sunflower's Here to Stay" es un giño al pop californiano de los sesenta; asimismo, una psicodelia parte blues parte gospel resuena persistente en las vocales de "Black River Song". Y todo este contenido aunado al dramatismo tan característico de Gira , como en "My Brother's Man", en donde el cantante escupe sus palabras en una mezcla de cinismo y desesperación, o como en "Sometimes I Dream I'm Hurting You" donde el frenesí apoderándose de la pieza parece no tener fin. Asimismo, "Not Here/Not Now" es otra pieza sorprendente, donde Siobhan Duffy y Larkin Grimm participan con vocales que recuerdan algunos de los momentos más viscerales de los primeros trabajos de Angels of Light, "New Mother" y "How I Loved You". Con todo, la canción donde mejor se siente embonar toda la maquinaria sónica de Angels of Light es "Promise of Water" donde la estructura va de la desnudez casi acústica, hacia la profusión delicada y plena, donde, la escritura de Gira retoma su crueldad visceral en escenarios apocalípticos y en violentas sentencias.
¿Qué más se puede decir? "We Are Him" es uno de esos discos, hoy en día tan raros, donde brillan empeño y convicción. (S.S.)

Friday, September 14, 2007



Sunroof! - Panzer Division Lou Reed (VHF, 2007)

Mucho más abrasivo que habitualmente, Sunroof! de Matthew Bower y Mick Flower destiende en "Panzer Division Lou Reed" su sonido a la manera de la enorme Vibracathedral Orchestra del propio Flower, dejando un tanto de lado los ensueños y optando más por la abrasión acumulativa. Al comienzo de este disco, la pieza de diecinueve minutos "Sew Plateus#1", graves voces hacen juego a una serie de licks psicodélicos, feedback de micrófonos y teclados en drones exaltados que se revuelven lentamente, fluctuando de semitono en semitono; la evolución del conjunto es lenta, escueta pero crece lentamente en definición. La bruma inicial sólo se vuelve más densa ante la llegada de las percusiones de John Moloney (Sunburned Hand of the Man) en vuelos libres, que, con sus tormentosos devaneos entre el silencio y la acción, marca la nueva crecida de un drone sucio, enfermo, chamánico. Asimismo, "Sew Plateus#2" domina los mismos terrenos de ciclos persistentes y delirio, caminos bien desandados por Sunroof! y aumentados por las inmersiones en estática que cierran la pieza, que junto a la segunda pieza "Etoile Sauvage", sirven apenas de preparación al último corte del álbum. "Stairways and Terraces Descending One Beyond Another in a Stupefying State of Exhaustion" es total y absoluta furia ciclónica a la Hototogisu; muy por detrás de esa humeante cortina de ruido se destienden guitarras que intentan conformar notas y cuyos estertores se repiten en convulsión, cediendo eventualmente sus fuerzas al cauce central, haciéndose de todo uno solo con descargas de feedback altísimo y maltrato arrítmico y atonal extremo.
Con respecto al trabajo de Bower, "Panzer Division Lou Reed", muy efectivamente, sigue un patrón de tonalidad más claro que el grueso de las últimas ofertas de Hototogisu o Skullflower; sin duda, de manera análoga a lo que ha sucedido en trabajos como "Orange Canyon Mind" y Spooked Summer", donde algunos cortes han evidenciado una mayor definicón melódica. Sin embargo, el que Sunroof! se haya perfilado mayormente hacia un terreno más ríspido, cercano a la órbita de los dos títanes mencionados y de la misma Vibracathedral Orchestra y el que no se pueda entender a esta banda como una simple extensión de otras posa una pregunta sobre la mesa: ¿Cuál será el futuro del rincón del pleno solaz psicodélico que solía ofrecer esta banda? (S.S.)
Slow Listener - Snow Falling on a Clear Blue Sky (Ruralfaune, 2007)

Extraños paisajes de geometrías ríspidas, como el lejano aullido de vientos nórdicos lentamente erosionando la tierra. Ambientes meditativos incómodos, de introspecciones casi forzadas, como un mesmerismo impuesto que se cierne a ambos lados del estéreo comunicando imágenes e impresiones más que sonidos; sí, con todo y sus rasgos -burdos y hasta groseros, confundiéndose con borboteante estática- delineando la potencia de la experiencia con precisión.
Quizás el único pecado de Slow Listener en "Snow Falling from a Clear Blue Sky" es la obviedad temática; el escucha que no pueda formalizar estas imágenes ante las portentosas paredes de giseo modificado no merece escucharle. "White Moth" remite a la más perfecta difusión de ambientes de Mirror, con una construcción por capas casi imperceptible. "Compromise: I Hate that Word" deja ver más claramente el proceso; de la incierta, informe melodía lentamente ciñéndose se desprende un fallo tonal que se convierte en un drone. A partir de allí todo es concatenamiento y persistencia
"Polarity Magnetics" es pura ambrosía, pareciendo alimentarse del mismo pulso magnético de un motor divino, ofrendando música ingrávida que entre el embeleso del reflujo se da el lujo de mostrar sus aristas con breves muestras de atonalidad. "Jaggernaut", un tanto más maliciosa, emplea caudales de feedback controlado como elementos tonales que suenan tan punzantes como ominosamente bellos; nuevamente, es su concatenación lo que la acerca a las estrellas.
Paisajes utópicos, de nostalgias inventadas, en "Snow Falling from a Clear Blue Sky", fluyen inabarcables las suaves e infinitas mareas de una naturaleza que no deja sino ver su magia en armónicas creaciones y que, contrariando a nuestra incierta realidad, nunca devela su cara de furia. (S.S.)

Thursday, September 13, 2007



Birchville Cat Motel - Bird Sister Blasphemy (Battlecruiser, 2007)

Blandiendo en lo alto la bandera de la diversificación musical, el neozelandés Campbell Kneale sigue desorientando a propios y extraños con sus convulsivas, casi sicóticas entregas. La presente, como han venido viendo cada una de sus más recientes producciones, es una conjugación maníaca de todos los trucos que este mago del sonido conoce. Tan sólo en el primer corte de "Bird Sister Blasphemy", "Powder Slave", Kneale explora a gusto ambientes intimistas, espacios sonoros contaminados por elusivas descargas de sonidos concretos, psicodelia infectada de germanismo ácido, ruido expansivo y eufórico y los tempestuosos bordes delineados por esa característica guitarra, altísima y delirante. Y con todo eso en mente, no es sino más pasmoso el hecho de que Kneale haya decidido vaciar este profuso universo de sonido en un espacio tan restringido; apenas son cuatro tracks, y la duración de ninguno rebasa los ocho minutos. Sin concesiones Kneale toma géneros, los explota, los deshace y luego los abandona a su suerte en una trepidante marea de ondas; nada deja de caber en sus fórmulas, pero para poder integrarse debe sufrir una profunda transformación, y vivir eternamente entre la evolución y la deformación de esta alquimia sonora. "Bird Sister Blasphemy" es pura energía y experimentación llevados al extremo.(S.S.)

Wednesday, September 05, 2007



Pure - Fetor (Freak Animal Records, s/n, 2006)
La trayectoria de Matthew Bower ha sido una de las más consistentes en tiempos recientes; desde principios de los ochenta ha logrado conformar un sonido único que ha ido evolucionando y exponenciándose en cada uno de sus proyectos: Total, Skullflower, Sunroof! y Hototogisu. Extrañamente, el gérmen de su trabajo con cada una de estas bandas -de orientación netamente guitarrera- no yace en el rock, sino en el corazón de la escena del power electronics inglesa, mejor ejemplificada por el trabajo de Ramleh, Consumer Electronics, Sutcliffe Jugend y Whitehouse entre otros.
La constante experimentación en busca de un sonido que fuese extremo y que desafiara los cánones llevó a parte de esa generación a colaborar constantemente, compartiendo sus rasgos más volátiles. El comienzo de la línea para Bower se da precisamente con Pure, agrupación de corta vida que cambió frenéticamente de miembros entre 1982 y 1984 para finalmente asentarse en 1984 como Total y luego como Skullflower. “Fetor” fue el único trabajo completo que publicó esta banda y que, desde su primera aparición en cinta, no había vuelto a ver la luz hasta su reciente reedición por parte de la disquera finlandesa Freak Animal en una edición de apenas trescientas copias.
Dividido en seis piezas, “Fetor” permite observar con claridad la persistencia sónica de Bower y compañeros. “Transformer” claramente contiene los elementos aurales que definen los últimos trabajos de Hotogisu aunque quizás a un nivel menos apabullante. Comenzando por el persistente uso de loops, vocales y percusiones, el total de estos seis tracks es decididamente menos abstracto que las usuales cortinas de distorsión de Skullflower o los nostálgicos y hasta dulces embrollos de cuerdas de Sunroof!, aunque, las piezas sí contienen de igual forma esa cualidad envolvente e hipnótica, esa psicodelia embotada y flujo inacabable.
Si bien el trabajo es claramente inacabado, la potencialidad visionaria de sus creadores es decididamente inspiradora, y muchos de sus componentes pueden advertirse en el sonido de bandas por venir. “Untitled”, fincándose fuertemente en oleadas de distorsión, prelude mucho de lo que harán las bandas de drone guitarrero de estos días, aquellos que, como Growing o Earth, formulan excesos para construir atmósferas y cuerpos sonoros más que simplemente para hacer un desmadre. Asimismo, es bien sabido hasta que grado el abrasivo uso de armónicos y el casi metálico filo de la distorsión de las guitarras de Bower pesaron sobre algunas de las bandas del metal industrial de los noventa –como Godflesh, por citar un ejemplo obvio-; “Fetor” en este sentido ofrece una visión más amplia que deja al descubierto muchos de los elementos que han ayudado a conformar el underground británico desde hace más de dos décadas. Y además lo hace de una manera muy afortunada; este trabajo se siente sumamente actual y su rico contenido sonoro lo valida más allá de su mero status como reliquia arqueológica. “Fetor” incluye además una –larga- pieza final grabada en vivo en 1988, la cual emplea material originalmente presente en esta cinta. Desgraciadamente, ni la pieza ni su calidad coinciden con lo que se puede encontrar en las seis piezas iniciales, pero, en fin, no está de más tener acceso a este material de archivo, sobre todo tomando en cuenta lo difícil que ha sido que éste vea la luz. (S.S.)