Tuesday, August 08, 2006



Zodiac Mountain/Religious Knives (s/n, 2006)
La esperada colaboración entre los psicodélicos líderes de Wooden Wand & the Vanishing Voice –Wooden Wand- y Davenport –Clay Ruby- ha cobrado forma bajo el nombre de Zodiac Mountain, su primera oferta se trata de un split con sus compañeros de ruta, Religious Knives en lo que parece será uno de los tours más lisérgicos del año.
Para este split, Zodiac Mountain sorprenden con ‘I Know You Rider’, tema tradicional y emblemático momento en vivo de The Grateful Dead. En manos de Zodiac Mountain, resulta una sencilla canción que apenas adornan las guitarras eléctricas del dueto y que es interpretada con todo el desgarbo que caracteriza a las voces de estos nuevos complices en una entrañable, distante versión, llena de polvo, con ecos de otros tiempos. Tras los coros, una improvisación de diez minutos, mezcla de folk y psicodelia da cierre a este tema entre los acompasados, pacientes ecos de las carreteras norteamericanas; una canción para los caminos.
Por su parte, Religious Knives vuelven a ofrendar otra de sus ácidas joyas. Persistiendo en la nueva orientación que han dado al proyecto, el ahora trío ha ido abandonando paulatinamente la violencia noisera que les caracterizaba para optar por un rock mesmérico, lleno de los cristalinos sonidos del órgano de Maya Miller y puntualmente guiado por la acompasada batería de Nate y la voz de Mike Bernstein. Por segunda vez en este cdr, la banda en turno parece haber extraído sus presupuestos sónicos de décadas pasadas en un presuroso atisbo a por la intuida gloria de tiempos primordiales. Música intimista, cuidadosa y absolutamente falta de compromisos. No me cansaré nunca de señalar que bien les ha hecho tener a Nate en la banda por cierto. (S.S.)

Wednesday, August 02, 2006


Clams. Marino´s dream. Maim & Disfigure (2006).

18 minutos de angustia, sadismo y tortura, a manos de Clams, trío formado por Spencer Yeh (Burning Star Core), James Ferraro (Skaters) y por algún miembro de Lambsbread no identificado en la escueta referencia de Eclipse. En una ambientación llena de penumbra, el solitario track de Marino’s Dream recorre la difícil senda impuesta por una mínima, lenta y repetitiva línea de bajo, una apenas perceptible percusión, un débil punteo de guitarra desafinada en el fondo. El cuadro se completa con el tétrico violín de Spencer Yeh, que desarrolla la parte solista a lo largo del track; el hilo conductor es una estridente nota de violín, una punzante modulación que sobresale del caos trenzado por la demás instrumentación. Conforme se desarrolla este sombrío tejido, aparece momentáneamente la cámara de ecos y el ritualismo vocal de James Ferraro, dando una expresión aún más fantasmal a la pieza. Ahora el escenario está poblado de seres. Al final de la pista, una resolución, una síntesis con los instrumentos y los ejecutantes en libertad absoluta. (A.M.)


Hassara – Backyard Vol.3. (No Label No Cat. CDR, 2006)

Un arriesgado cruce entre Pink FLoyd y Sunn O))). En este tercer volumen de la serie Backyard, el infatigable James Toth ofrece tres ejercicios magistrales de exploración sónica, que encuentran su punto medio entre la densidad del fuzz y una etérea expresión melódica. Tres improvisaciones de guitarra eléctrica, sin el apoyo de algún otro instrumento. Si los volúmenes uno y dos se remitían al esoterismo y al aislamiento extático respectivamente, este nuevo se orienta hacia la experimentación del horror al vacío; los solos de guitarra, saturados con delay y reverberación, son proyecciones etéreas donde la repetitiva melodía se diluye irremediable ante la omnipresencia del drone de guitarra. El último puente hacia la mundanidad aparece en el segundo track, “Zodiac Blues (w / intro)” un artificial boggie eléctrico, mismo que habrá de constituir el vínculo principal con el trabajo realizado en los volúmenes anteriores de esta serie. (A.M.)

Zodiacs. Gone. (CDR, 2006)

Jam espacial a cargo de Clay Ruby (Davenport), Keith Wood (Hush Arbors, Sunburned Hand of the Man, Six Organs of Admittance) y James Toth (Wooden Wand & the Vanishing Voice), que se traduce en 44 minutos de una espesa neblina psyche-freak. Da inicio con la espléndida “Get Off/Come Together”: uso y abuso de wah-wah y overdrive por parte de la guitarra acidísima de Keith Wood; Wooden Wand, en plan maestro, ejecutando un bajo nutrido y serpenteante en la línea del viejo Grand Funk Railroad, y el punch de Ruby para aporrear bombo y platillos. ”Road Star Blues” es más viajada; tras una larga introducción con teclados, la pieza es conducida por la guitarra de Keith Wood, procesada con delay, y proyectada hacia el infinito. En “Messing Up”, la guitarra de Wood toma un respiro; el argumento musical es simple: pulsar una larguísima escala durante la primera parte de la rola y resolver con acordes sometidos a máxima distorsión. ”Zeke Speaks” es un salto experimental lleno de delirios increpantes. La inclusión de una demencial voz parece arrojar una versión paranoica y aberrante de Patty Waters. Esta vena experimental se prolonga hasta “Ignore The Police”, sólo que con un perfil más hippie; aquí la percusión es dominante, mientras que la línea melódica, disputada entre guitarra, órgano y bajo, queda reducida a su mínima expresión. (A.M.)