Friday, February 15, 2008

Yes, Collapse - Final Diagnosis (Crucial Bliss, Crucial Bliss #19, 2007)

En "Final Diagnosis", Yes, Collapse reúne intrincadamente una multitud de elementos, desde la síntesis fría y portentosa, al aporrear fébril de piezas de metal. Este trabajo explora ambientes industriales que van de la disipación nebulosa a los incesantes martilleos en un registro que por momentos recuerda a los trabajos de Niellerade Fallibilisthorstar, aunque mientras los suecos tienden a ser más consistentes en cuanto al seguimiento de una poética particular, Yes, Collapse son más dados a ofrecer fragmentos sonoros en forma de viñetas, demarcando un espacio y un sonido muy particulares, todos igualmente ariscos y decadentes, pero cada uno de rasgos lejanos al del anterior.
Las bases de casi todos los cortes de "Final Diagnosis" tienen en común una base sintetizada que lucha desde el fondo por la alternancia con el gritante protagonismo de los efectos en plena ebullición distorsionante, los matizados, pero netamente contrastantes, usos de cintas que lo mismo traen trinos que aullidos humanos, y con una serie de intermitentes sonidos en directo. El resultado de las subsecuentes colisiones es un sistema cerrado, pleno en gama sonora, aunque confeccionado con la suficiente paciencia y ánimos creativos para no permitirle desbordarse. Algunos tracks, como el sexto -ninguno tiene título-, se dan incluso el lujo de forjar una constantemente variante cadena sonora, que, si bien proyecta una peristente rispidez, no tiene a más sino alejarse, cada vez más, de sus posibilidades originales.
Parte de la excelente serie Crucial Bliss, puesta en marcha como una alternativa a los sonidos más usualmente explorados por Crucial Blast, llegan este y otros notables trabajos que iremos analizando a su tiempo. (S.S.)

Thursday, February 14, 2008

Eye - The Dresden Codex (Sonora, 2007)

Eye es el seudónimo de Guido Flichman, argentino que lleva a su cargo el sitio Latinoise y que además trabaja bajo dicho alias como un artista sonoro, cuyo trabajo bordea los campos de la composición experimental y el noise. Afortunadamente, su trabajo no parece contaminado por las incesantes limitantes que insisten en atribular a la presenta escena del ruido, como bien puede testimoniar su más reciente trabajo, "The Dresden Codex", editado por Sonora. Tras su escucha queda claro que sus influencias van mucho más allá del mero atasque.
Deambulando a través de los páramos más abstractos de la electrónica experimental, Eye juega con capas monóliticas de sonidos sumidos en reverberaciones pantanosas, elementos percusivos, bleeps, paneos y sampleos de voces infantiles modificadas en patrones verbales revertidos, tiempos extendidos y una siempre constante reformulación. El mundo sónico retratado en "The Dresden Codex" se trata de uno frío, espantoso, sin una delimitación espacial clara, con paredes que se derrumban y tiempos disparejos. Cuando los elementos musicales parecen estar a punto de afianzar una certeza en al menos algún sentido, una nueva serie de loops, pulsos y susurrantes muros de estática, se dejan caer, recreando el momento preciso en que una edificación sonora está precisamente al borde de la demolición. Y de allí, a la puerta del abismo, Eye crea una enrarecida marea de sonidos, que se siente como enchida de éter; brillos distantes iluminan los oscuros parajes que Eye marca con su misteriosa rúbrica electrónica.
"The Dresden Codex" es un excelente proyecto sonoro al cual los registros únicos y limitados le vienen quedando flojos. (S.S.)

Sunday, February 03, 2008



Taint - Sex Sick (The Ajna Offensive, Flame44, 2007)

"Sex Sick" es un disco sorprendente por muchas razones; no sólo se trata de un trabajo de electrónica hóstil sumamente contundente sino que además, recogiendo las semillas de lo que Whitehouse hiciera con "Birdseed", propone un marco ideológico de horror extremo con un enclave en lo más mundano y lo más enfermo de la naturaleza humana. Intercalando en diversos cortes grabaciones en donde víctimas y victimarios de abusos sexuales exponen sus casos, matizando los ya de por sí sobrecargados relatos con las propias flemas de su artífice, Keith Brewer, Taint ofrece un disco de power electronics que denota un entendimiento preciso de los efectos del feedback en la psique del escucha y de la saturación sensorial desde varios ángulos de un tópico tan difícil como la perversión sexual.
Con once piezas dividas en tres tracks, Taint estudia una amplia variedad de tonos y matices que llevan al escucha a atestiguar todo un infierno de dolor, agresión y violencia con turbulantes sonidos de procesos de fondo y punzante retroalimentación controlada rasgando toda la superficie. Momentos como "The New Centurion" llegan a ser sumamente extremos inclusive para los estándares del género, gracias al desbocado y falto de condescendencia uso de volúmenes o "Repulsion" gracias a la furiosa combinación de enardecidas vocales con la sórdida sobrexposición electrónica.
Junto al "This Is the Truth" de Sutcliffe Jugend, sin duda este "Sex Sick" es de los mejores -y más oscuros y abrasivos- trabajos que el power electronics, y el noise en general, vivió el año pasado. Ideal para esas bellas tardes de misantropía y psicosis. (S.S.)

Saturday, February 02, 2008


Mirag - Black Temple Carved In Smoke (Battlecruiser, s/n, 2006)

Battlecruiser es la disquera que Campbell Neal creó en 2006 para promover sus intereses rayanos en, la que parece su más reciente convicción, el metal (o al menos el drone metal o el noise metal). Y aunque otras de sus ofertas sónicas, como Black Boned Angel y la estética de las producciones de Battlecruiser sea gloriosamente diferente a la de su otra, enorme disquera, Celebrate Psy-Phenomenon gracias a su excelente, minimal arte, la música, al menos en lo que respecta al presente "Black Temple Carved In Smoke", no ofrece algo seriamente diferente a lo que usualmente podríamos esperar de su creador. Mirag es otro más de los múltiples proyectos del conspicuo Matthew Bower, el genio guitarrero tras Skullflower, Hototogisu y Sunroof!, entre otros, e influencia innegable de más de media docena de bandas, Birchville Cat Motel de Kneale, claramente, incluída.
Es difícil dejar de notar el distintivo sonido de Bower -ahora, como siempre, cercano a mil cosas (i.e. noise, drone, rock) pero jamás claramente definido, ni siquiera como el metal que debía distinguir a una colección temática. Y, ciertamente, se trata de uno de los más distintivos en cualquier ámbito; lo que ahora es cada vez más difícil es señalar a cual de sus muchos proyectos debería pertenecer este trabajo. A pesar del uso de loops en un ambiente cercano al post-industrialismo en el primer corte, y de la atmósfera oscura que apenas deja perfilarse como un distante doom, los dos tracks que "Black Temple Carved In Smoke" contiene bien podrían pasar por el recorte de "Orange Canyon Mind", su composición siendo la de temas escuetos, de un registro claro y con un seguimiento musical -ya sea de monotonalidad droner o de constancia circular- que apenas por instantes les previene del caos absoluto.
Temas buenos, que sin duda harán la delicia de los seguidores del trabajo más reciente de este gran anti-músico, pero que sin duda dejarán a cualquiera esperando más, ya que ambos no suman juntos si apenas el cuarto de hora. Claro, éso sin mencionar que quien busque un registro más clásicamente pesado en el trabajo de este músico, quizás tenga más a bien en conseguir la más reciente reedición de "IIIrd Gatekeeper". Sólo para coleccionistas.(S.S.)
Winters In Osaka - Swarm of Witches (One Stock Release, 1SR #006, 2007)

Casi imposible de seguir, "Swarm of Witches" es uno de esos discos que se cuelgan del mote del noise para ofrecer algo que supera muchas de las barreras de los estilos que un género como tal puede llegar a albergar. Si bien el inicio de este trabajo con la pieza "Wolfpussy" puede resultar severamente engañoso, la falta de definición que hace que en apenas un par de minutos ya hallan recorrido un registro enorme parece querer acercarles más a la naturaleza del pastiche acústico que al ruido abierto en ninguna de sus múltiples tendencias. Incluso dicha pieza comienza a delinearse como un acercamiento post-rocker que sucumbe en instantes, para dar lugar a una experimentación plena e insospechada. Los cambios, intermitentes, con fragmentos de piezas de metal en el fondo chocando con el quiebre de circuitos hacia la superficie, los sonidos semi-infantiles de pianillos juguetones y samples hacen de éste un trabajo que toma la naturaleza escindida del sonido muy en serio. Incluso, "Zenblender", por ejemplo, llega al extremo de ser tan caótica como el noise más abigarrado, aunque difícilmente llegando a codearse con un abandono tan terminante como la propia estática, dejando salir en tropel una catarata de eufóricos sampleos que incluyen ladridos, oscilaciones, guitarras eléctricas grindcoreras y pulsos lejanos, forjando un lienzo acústico totalmente desencajado. El resultado es algo similar a si Steven Stapleton se hubiera puesto a meter samples metaleros en vez de sus rarezas vintage. Sí, hay noise y sí hay descargas de agresión, pero son, en perspectiva, un elemento apenas circunstancial ante la más marmórea construcción que termina forjándose de la acumulación de todo el debris y el sinsentido.
Un trabajo muy intenso e interesante por parte de un joven proyecto al cual no se le ven las más mínimas intenciones de encasillarse, pero sí las ganas de devanear aún más en los reinos intermedios, en las tierras indefinidas. (S.S.)


AHD - Hara Kiri (Sonora, RA-10, 2007)

Oriundo de Puerto Rico, AHD es una de las más recientes caras en surgir del miasma sonoro del harsh noise latinoamericano. Básicamente trabajando sobre siempre crecientes niveles de intensidad y poder, Ariel Hernández genera en las cinco piezas que componen "Hara Kiri" una serie de furiosas dosis de veneno aural, que van del desiquilibrio psíquico en un extrañísimo loop de "The Crackhead" al embotamiento caústico total de "No Future Echo". Desenvolviéndose lentamente, "Hara Kiri" va reclamando espacio mientras cobra potencia y velocidad. El corte que da nombre al álbum se deja sentir vibrante y absurdamente exacerbado en su uso del feedback, aunque aún no lo suficiente para hacer frente al relámpago que desprende "Blossom Blood" como entrada, aún más sobrecogedora gracias a sus inesperadas intercalaciones de silencios. Un buen ejercicio en obliteración sonora, abrasiva, violenta, breve y seriamente directa. (S.S.)