Sunday, December 31, 2006



The Noisettes - Inevitability (Sycophanticide, 2006)

Apenas me dí cuenta de que había caído en "esa" especie de sopor ante lo que sonaba, me pregunté qué era lo que estaba escuchando. Así sin advertirlo, el hipnótico vuelo de las primera piezas de "Inevitability" me habían capturado. La pieza en cuestión, "Two Rooms" se extiende por poco más de cuatro minutos en una variante de jam post-rocker en su circular vórtice, con una línea de bajo discreta, sencilla pero muy efectiva y un muy detallado debraye en guitarras, todo adornado por una baja fidelidad que da la impresión de estar envolviendo el giseo del transfer de un místico, oscuro lp o cassette, más que el cerrado correr de un cdr. Tracks como éste, "Stamptly Accner" o "Furbruder" recuerdan algo de los primeros trabajos de Windsor for the Derby, ocultando belleza en los elegantes remates discretamente ocultos en cada órbita. Por su parte, temas como "Greenpoint2.2" o "Breakfast in Bed" cortan con el ensueño orgánico y retoman la obsesión de los tiempos actuales por la compulsiva limitante de la variación ante los embrujos de los loops deformados. Y la final "Rhisome Soup" deja ver en un apunte shoegazer la naturaleza incorpórea de las creaciones de The Noisettes.
De cierto modo, a pesar de que cada pieza de "Inevitability" tiene más de viñeta que de pieza en la secuencia de un álbum, cada una de estas escuetas y puntuales unidades posee una intangibilidad, un aire de ensueño tan propio que dota a la totalidad del disco, a su vez, de un gran halo de profundo misterio. Un disco inexplicable, humilde y encantador para soñar despierto. (S.S.)


Fe-Mail & Carlos Giffoni - Northern Stains (Important Records, Imprec112, 2006)

Del noise a la abstracción y de regreso, las chicas de Fe-Mail han ido explorando un enorme espacio de experimentación como dúo en sólo unos cuantos años y siempre mostrando una predilección por las constantes colaboraciones, habiendo trabajado con el demonio noruego Lasse Marhaug e interpretando algunos furiosos jams con Aaron Dilloway en su más reciente gira nortamericana. Su nuevo trabajo es también una colaboración, otra vez con un maestro del trabajo sonoro brutal, Carlos Giffoni.
Optando nuevamente por tomar el frenesí del noise por aliado, este trabajo coquetea con el ruido, lo absorbe y luego lo abandona en aras claras de formar una estructura, por abstracta que ésta sea, y luego hacerla nuevamente colapsarse. Por si esto fuera poco, la adición de Gifonni hace que las dinámicas de "Northern Stains" parezcan episodios de intensa esquizofrenia. Loops que apenas varían en tonos se ven constantemente transgredidos por exabruptos de frecuencias altas y las típicas deformaciones a las que Maja Ratjke acostumbra someter su voz. Por momentos, la hostilidad logra imponerse, como hacia el final de "Come, You Are", y la circuitería de Giffoni choca con los enjambres digitales conjurados por Hilde Tafjord. Otras veces, el delirio es simplemente dejado sin cadenas. En "Daymare Blues", por ejemplo, el collage aural llega a sus grados más extremos en forma de frenéticas carreras de voces en desorden, llevadas a velocidades inhumanas y que sólo se detienen para caer en los desvaríos alucinógenos de los espacios demasiado abiertos. "Northern Stains" es pura psicodelia noisera; tomando el gis de la estática como background, el juego de voces de Ratjke se planta en el primer plano con una serie de manipulaciones tonales y retoques que terminan por llevarla hasta la desintegración absoluta.
Con "Northern Stains", Fe-Mail vuelven a ofrecen otro trabajo lleno de intensidad aunque bastante alejado de los interesantes aspectos que habían venido explorando en tiempos recientes con trabajos como "Voloptuous Vultures" o "Blixter Toad".En este nuevo trabajo, el uso de ambientes y la experimentación acústica desaparecen casi totalmente para dar lugar a un ataque mucho más físico y visceral. "Northern Stains", como aquel "All Men Are Pigs", es un disco que va directo contra tus nervios y que transmina con fuerza una intensa sensación de incomodidad. (S.S.)

Saturday, December 30, 2006



Sunn O))) & Boris - Altar (Southern Lord, 2006)

Tras escuchar un par de discos de los maestros del drone metálico-infernal Sunn O))) y de los freaks psicodélicos japoneses Boris nada podría haberme parecido más extraño que encontrar que su colaboración se alejara a tal grado de los sonidos que les caracterizan. Obviamente "Altar" no es un disco que acabe con las premisas; en él pueden encontrarse tanto elementos atmósfericos alternando con bien tejidos drones (como en el caso de la oscura y amenazante "N.L.T." o de la enorme "Blood Swamp" -con una sorpresiva colaboración de Kim Thayil en aullante/electrizante guitarra), como la brutal monotonalidad de los monolítos sonoros tan característicos de Sunn O))) (como en el caso de la abridora "Etna"). Sin embargo, lo que impresiona realmente de esta colaboración no es el obvio poder que estos dos mastodontes sónicos pueden conjurar, sino esos momentos como "Sinking Belle" donde el fragor y la armonía, así como la dinámica acompasada se apoderan del lugar. En dicha pieza, los músicos llegan al "extremo" de invitar a Jess Sykes para ofrecer sus bellas, ligeramente ríspidas vocales a una canción de aires nostálgicos que rayan por momentos en lo pastoral. En un tenor parecido, "Fried Eagle Mind" es una atípica pieza de psicodelía que apunta lejanamente al kraut más pesado, con una contundencia perfecta en un debraye casi-sinfónico.
Si bien "Altar" dificilmente posee algún tipo de continuidad, cada una de sus piezas funge como un microcosmos suficientemente consistente para permitirnos deglutir toda esa sustancia aural sin prestarle demasiada atención a su predecesora. Finalmente, el mayor mérito de esta reunión es haber sacado a sus participantes de cualquier tipo de paroxismo creativo, haciéndoles forjar algo que supera sus esferas habituales. (S.S.)

Wednesday, December 20, 2006

Skullflower - Tribulation (Crucial Blast, CBR55, 2006)

El trío de Matthew Bower, Stuart Dennison y Neil Campbell regresa a cimentar su retorno con "Tribulation", un nuevo cd con más de una hora de vibrantes drones mutantes, ruido, acero, óxido y veneno destilados en sonido. Cómo bien sabrá quien ya les haya escuchado, presenciar un disco de Skullflower es alternativamente como estar frente a un macizo e inescalable muro de sonido sólido o envuelto en una infatigable cascada de agua cristalina. Su sonido es pasmoso e imposible de sortear. Te consume, a tí y a tu atención. Tus sentidos se nublan. Las palabras se olvidan. Entras en trance.
Cada una de las piezas es una madeja desentrañable de ruido en constante expansión. Las involuciones de cada instante brotan como flores una sobre otra sobre otra. "Saragossa" es pura droga, pura ofuscación, cáncer sónico, un universo colapsándose. "Dying Venice" es anti-metal, anti-noise, anti-drone. Una dinámica que se contiene dentro de sí misma hasta sus últimas consecuencias. Todo lo iniciado para sólo ser destruido. Pestilencia engendrada.
Dentro y a través de cada uno de sus cortes, "Tribulation" brinda la posibilidad de un vuelo imaginario hacia lo más profundo de nuestros paisajes internos, hacia la tierra donde las emociones y las sensaciones rescatan su inmanente pureza, nada es bello sin poseer fealdad, nada es doloroso sin brindar, al menos en sus agónicas remembranzas, placer.
Pocas bandas y pocos discos tienen capacidades relativamente similares en cuanto a capturar al escucha y provocarle tan intensas y dispares sensaciones. Una gema en bruto. (S.S.)

Sunday, December 10, 2006



Son of None - Doldrum (Sycophanticide, Sycophanticide#14, 2006)

Es difícil ver en estos días a un artista o banda dedicar todos sus esfuerzos a la creación de un álbum de drone como aquellos que caracterizaron en sus días a Organum, o a Mirror; es decir, un álbum que explore en complitud un sonido sin importar cuanto tiempo tome. Las razones pueden ser muchas, pero el hecho es que el sonido de una banda que desee dedicarse a dicha tarea debe compensar la falta de rítmica, melodía y dimensión en sentidos regulares que produce el drone lo suficiente para caracterizarse como una entidad -y no como un monótono y repetitivo panal- y para resultar dinámico y atractivo a los escuchas. Pelt y My Cat Is an Alien son ejemplos recientes de como el drone puede adecuarse a los tiempos y como los sonidos no deben estar eternamente subscritos a las mismas variables.
Son of None hacen lo propio en este sentido. A pesar de trabajar mayormente con electrónica, este dueto no pierde cualidades orgánicas gracias a su constante trabajo en frecuencias bajas y la paciente inserción que hacen de las piezas que forman el total de su esquema. Retomando aquel pesadillesco vuelco cíclico que caracteriza a los trabajos de principios de los noventa de Hafler Trio y a los drones de Nurse With Wound, Son of None precipita todo su peso sonoro hacia algún lado, le inflama, le deja caer al vacío y luego le destruye por instantes sólo para invocarle una vez más y repetir el proceso en intervalos lo suficientemente largos para ser ignorados a simple vista. Afortunadamente, el dueto no se queda únicamente en este ya un tanto común cierre de ciclos e inserta constantemente nuevos y más complejos elementos, percusiones paneadas, loops y delays variando velocidades.
Con un sonido nocturno, cercano al "Everything Keeps Dissolving" de Coil, Son of None ofrecen con "Doldrum" un trabajo exhaustivo, completo y disfrutable de drone, que no deja de citar a sus influencias pero que tampoco deja de ofrecer algo muy propio. (S.S.)

Saturday, December 09, 2006



Bloodyminded - Magnetism (Bloodlust!, B!057, 2006)

Imagina que William Bennett y Michael Gira se hubiesen encontrado en 1984 y que de esa reunión hubiera salido una deforme, animalesca, brutal mezcla de los aspectos más salvajes de Swans y Whitehouse y tendrías, aproximadamente, algo similar a "Magnetism". Provocando feedback incontrolable en micrófonos, forjando oleadas de caos en graves oscilaciones y, sobre todo, gritando y gruñendo y encimando, manipulando, deformando, amplificando y disecando cada partícula de sonido que flotase a su alrededor, Bloodyminded han logrado grabar uno de los discos más estresantes y violentos en mucho tiempo. A través de quince temas cuyos títulos hacen referencia a episodios extremos y personales que van de lo retorcidamente cómico -"Shotghun held to face by severely crosseyed addict while attempting to physically remove girlfriend from know drug house"- a la directa mala vibra -"Girlfriend attempts to explain schizophrenic episode by revealing childhood sexual abuse"-, la banda da muestra de lo que es catársis a partir de una nueva forma de shock rock, con intensas regresiones en vez de canciones, gritos que van del dolor a la furia en vez de vocales, zumbidos en vez de melodías y cólera y neurosis en vez de virtusismo o romanticismo. Absolutamente brutal, intensa y dolorosa pornografía aural. (S.S.)

Friday, December 08, 2006

Syphilis Sauna - From Initial Infection to Eventual Deterioration (Sycophanticide, Sycophanticide 015, 2006)

Sycophanticide ofrece con “From Initial Infection to Eventual Deterioration” un cdr que recopila en 14 cortes algo del mejor trabajo de Syphilis Sauna, proyecto solista de Patrick Urn. La variedad del trabajo aquí compilado no deja observar un centro muy estable del cual partir, más bien exhibe a un músico cuyo recurso mejor empleado es la programación y cuyo interés es constantemente fluctuante, muy a la manera de lo que evidencia el trabajo del propio Garnier en Loopool. De hecho, como si fuese otro rasgo en común que poseen las bandas cuyos trabajos se unen bajo esta rúbrica, existe una concreción clara en cada uno de los temas, en directa oposición al vehemente nihilismo de las bandas de Michigan. Asimismo, Urn no teme experimentar con elementos de estructuras musicales más bien lineales, dejando lo más radical de su experimentación a dotar cada pieza de matices y detalles.
A primera vista, sin embargo, parecería que esta recopilación no es capaz de cumplir con las expectativas. “From Initial Infection to Eventual Deterioration” inicia de una manera francamente poco interesante. Las dos primeras piezas hacen poco más que ofrecer muy delimitadas versiones de drill n’ bass o de techno con toques industriales dominadas por algún sonido salido de foco: en “Skeeloton” la percusión y en “A-pathetic People”, el paneo de una distorsión.
Afortunadamente, esto dura poco y las piezas, conforme comienza a correr el reloj, parecen ir alcanzando dimensiones mayores y una más consistente libertad estructural.“2 Cultures” parece retomar el torcido vuelo nocturno de Coil en “Love’s Secret Domain” con una suerte de opaca rumba sazonada por una indescifrable voz en segundo plano asfixiada en flangers y paneos de borboteantes chispas electrónicas. Tras un notorio corte, Syphilis Sauna retoma la pieza pero ahora ajustándose a las bases rítmicas de la electrónica de los noventas, aunque ahora operadas desde un enfoque actual; es decir, con medios de programación mucho más precisos, efectos mucho mejor operados y dinámicas mucho más constantes, sonidos más notoriamente altisonantes que no se diluyen ante lo agachón de lo bailable y todo sin necesariamente perder un esquema razonablemente claro. “SOTTJOYH” muestra una electrónica un tanto más post-rocker, con una obvia línea kraut, en una larga elaboración que con un poco más de pulido podría fácilmente confundirse con algo de To Rococo Rot o de Boards of Canada. Otras instancias como “Quib Spoon Ride”, “Trouble with the Mammals” o “Hhallway” parecen ofrecer una mezcla indiscriminada de los elementos que componen el background de este artista, con evoluciones que atan instantes dispersos de noise con toques ambientales, samplers, cajas de ritmo tecnosas y hasta algo de glitch. Incluso Syphilis Sauna se atreve con una versión –bastante interesante y, desgraciadamente, aparentemente sin crédito- del “My Sister” de los Tindersticks, aquí llamada “Orange Mitten”.
Syphilis Sauna es la encarnación de la peor pesadilla de los negociantes y saqueadores de la música, un artista de esos que poseen medios creativos y físicos suficientes –de los que afortunadamente cada vez más proliferan- para forjar un trabajo convincente y rotundo que no requiere ajustarse a ningún género, sonido o mundillo. (S.S.)

Quintana Roo/Warmth - Runes Translucent (Not Not Fun, NNF059, 2006)

De la avalancha de splits que han venido apareciendo recientemente, uno de los nombres que más constantemente se maneja es el de la banda Quintana Roo. Hace poco también tiraron otro lado para la misma disquera, en esa ocasión al anverso de los grandes Family Underground. La presente es una cinta que es presentada en un estuche extra largo de plástico, como los de Callow God pero en versión individual, y acompañado de una notilla con créditos y un misterioso negativo.
Esta banda, Quintana Roo parece confirmar que esta década es una extensión de los setenta. Integrándose a esta nueva psicodelia -que parece cada vez alejarse más de su otro origen, el noise- caracterizada por bandas como Mouthus, Loosers, Religious Knives o Family Undergound, esta banda apuesta por un sonido mucho más orgánico, ofreciendo sus descargas mayormente a partir de instrumentos normales, pero distorsionados y deformados ferozmente por efectos. El principio de su participación parece una nueva versión de la entrada del "A Saucerful of Secrets" en vivo incluída en "Ummaguma", con la banda quedándose en el flujo de la rítmica lenta y constante que se desvanece paulatinamente, sólo para dejarnos ante una serie de certeros ataques a guitarras y un droning cuyo origen parecen ser atrofiadas vocales. Como nota curiosa, "Black Dreaming Place" fue grabada en el desierto de Anza Borrego.
Del otro lado encontramos una nueva evocación a cargo de la magnífica dupla de Branden Diven y Steev Thompson, Warmth, llamada "Sharing Antique Mothers". Como podría esperarse de estos dos experimentados músicos, la gama sonora que cubren no es nada estrecha, pero sí bien delineada. Metidos en los drones que dominan y conocen tan bien, Diven y Thompson experimentan más con texturas y ambientes que con notas y elementos musicales. Por momentos, llegan a la grandilocuencia propia de bandas progres sólo para dejarse caer hacia un nuevo abismo droner. Tras un precioso inicio, similar a algunas de las atmósferas que Badalamenti dio a Julee Still, la dupla opta por la disonancia y luego por vibrantes inundaciones a la Maurizio Bianchi circa "Armaghedon".
Un tape muy interesante con un par de bandas que seguiran dando de que hablar en el futuro inmediato, que además está muy bien presentado. En este año, Not Not Fun se han ido caracterizando como una de las disqueras más interesantes del underground. Ediciones como ésta muestran la variedad sonora que están dispuestos a reunir, además, ofreciendo empaques interesantes y suficiente tiempo en formato para dejar que las bandas se explayen. Mientras las grandes disqueras del underground parecen estar absortos editando cada pequeña sesión que alguno de sus mil proyectos ofrecen, parecen no observar hasta que grado su calidad ha decaído. Disqueras como ésta no tardarán mucho en ganarles en su propio juego. (S.S.)