Saturday, November 10, 2007

Lilypad - The Moon and the Air Sparkle (Tapeworm Tapes, TW-34, 2007)

Lilypad es el proyecto solista de John Elliott, tecladista de Emeralds. En "The Moon and the Air Sparkle" nuevamente trabaja a partir de las texturas moduladas de su sintetizador para crear delirantes procesos de microtonalismo en drones que, si bien son dulces, no son necesariamente conducentes de una vibra enteramente cómoda. En dos piezas largas y monótonas, Elliott tiende puentes entre abismos de oscuridad impenetrable y fantasmales atisbos de destellos epifánicos sin hacer comentario alguno y sin hacernos sentir que algo faltase. Ésta es mística que se explica a sí misma; incuestionablemente bella e inspiradora música que contiene cualquier exabrupto en aras de crear arte estricto en una segunda pieza que no destiende ni un sólo altibajo y que contradice la inexplicable secuencia que ata espasmos de dulces síntesis con una emulación de oleajes primordiales y que a su vez da paso a un ríspido, mesmérico drone en la primera. Un perturbador corte final en esa primera cara, tomado de un long play de música infantil, acrecenta grandemente las enrarecidas sensaciones creadas por esta cinta. (S.S.)

Friday, November 09, 2007



Kites - Sky Hammer (Chondritic Sound, CH-182, 2007)

Kites toca música experimental como si aún fuese el declive de los años setentas; es decir, con una visión abierta y poco interesada en lo que concierne al decoro de nuestros días. Sus composiciones transmiten una doble visión de claridad y precisión por parte del autor y de inasibilidad e incertidumbre con respecto al escucha. Manejándose con soltura a lo largo y ancho de los campos experimentales, Chris Forgues parece no conocer sino la ruta de la apertura. Incórporando elementos simples en alternancia fluctuante, Kites hace de "Sky Hammer" un trabajo desequilibrante y adictivo, que lleva de la corrosión industrial a la elusiva fantasmagoria de la acústica experimental. Y este 3" para Chondritic es apenas una -excelente- muestra y una adecuada introducción al universo de este gran artista; ni qué decir de "Hallucination Guillotine/Final Worship", su impactante y más reciente long play para Load Records. (S.S.)
Emeralds



Este año ha sido decidamente el de Emeralds. El trío de Ohio se ha colocado como uno de los más importantes de este década a partir de una estética que paradójicamente opta por la precisión y el detalle que proyectan en una atmósfera de regular calidad de grabación. Sin producción, y constantemente echando mano de loops y samples simulando dubbings, el trío formado por Mark McGuire, John Elliott y Steve Hauschildt forjan intrincadas composiciones que abordan la precisión del esquema y la conectan con la espontaneidad de la improvisación.
Sus trabajos -así como los de sus proyectos alternos, Lilypad y Tusco Terror- desaparecen tras apenas mostrados en los updates de las distribuidoras. Su discografía ya es de hecho cuantiosa y preciada por coleccionistas; por lo cual las reseñas presentes buscan meramente preparar el camino para los anticipados lps que el trío tiene pendientes con las disqueras Hanson Records y Ecstatic Piece.

Emeralds - Allegory of Allergies (Gods of Tundra, s/n, 2007)

Al saber de este trabajo, la primera y más obvia pregunta prácticamente salta a mi encuentro: ¿120 minutos? La idea de que alguien pueda ofrecer algo lo suficientemente consistente para enfrentar a sus escuchas durante todo ese tiempo denota al menos grandes ambiciones, de vuelos suicidas. Pero la banda decididamente logra mucho en este trabajo de alcances épicos, reúniendo estados de consciencia, tradiciones en proceso de extinción y una expresa ambigüedad sonora.
Básicamente, lo que "Allegory of Allergies" hace en sus casi dos horas de duración es reunir bajo una misma cubierta una serie de sesiones que Emeralds bien pudieron haber presentado individualmente, pero que consecutivamente forman una línea que explora las varias capacidades del trío. Éstas cualidades se dividen en ambientes, texturas y registros sumamente variados pero que declaran el seguimiento de un ideario aural claro.
Apenas aportando cinco piezas en su primera cara, la cinta abre con un track lleno de nostálgicas cadencias que evoluciona en sentido circular, creciendo sobre su espiral, cediendo al color y, luego, disolviéndose lentamente. Con la segunda intervención del trío, quedamos ante un track mucho más abusivo en el área grave, que aún de ese modo está dulcemente iluminado por disparos de dulces melodías de guitarras desperdigándose. Sonidos indecisos, en un vórtice de psicodelia que apenas puede contenerse y que cede precipitadamente. La tercera pieza desenvuelve un drone vibrante en dinámicas aún mucho más lentas que las que suelen caracterizar a la banda. A pesar de que este track se mueve más hacia el espectro del ruido, posee patrones que están tanto más claramente definidos y que conllevan un dejo de melodías primales que arrebata en mucho cualquier sentido de apertura declarada. Aún este deambular, ligeramente radical se antoja parte de un plan claramente definido. El cuarto peldaño en este trabajo muestra una de esas amnióticas imágenes que Emeralds saben conjurar tan bien y que tiende a la crecida inundante. Quizás algo de inmamnecia hubiera hecho bien a esta pieza que acaba rehuyendo su propia fragmentación. La siguiente pieza de esta colección obedece afortunadamente esta lógica mediante una envolvente danza de velos sonoros que rodean ingrávidos ejes de corrosión creada en una fluctuante distorsión. La uniforme falta de movimientos en este caso hace que cada mínimo detalle crezca en significación; una pieza meditativa que retrae su inherente dulzura relajante para darle el espacio principal al zumbido inevitable del dolor de la cotidianeidad. Ying y yang. Luego, inadvertidamente el cambio se solidifica desde el mismo seno de la inmanencia. Sin notarlo hemos quedado presas ante una pieza que se entendería como progre de no ser por sus resquebrajados bordes y sus ácidos gustillos.
El segundo lado abre amenazante y grandilocuente, atacando octavas crecientes y obliterantes, agotando todo el oxígeno sin tregua, con teclados y guitarras unidas al unísono y repitiendo su ciego ataque hasta hacer una mole sónica de esta pieza. Tras la sublimación extrema del primero, entra un delicado corte de evocaciones pasajeras, de paisajes eléctronicos y vuelos contemplativos que acaba por tornarse en un sueño tóxico, cubierto de niebla e imágenes dispersas. El cierre de la cinta decididamente ofrece lo más logrado del trabajo al completo, con una pieza camaleónica en donde una enfermiza eléctronica toma el control de los instrumentos, despojándolos de sus registros naturales y acercándolos al dominio de las órbitas melodiosas del post rock hasta que una cortina de ruido comienza a cubrir los inciertos senderos de la banda y sólo los abandona para dejarlos en un invención pastoral, con base en una intensa profusión de tonos y colores. Los susurros emergen y la composición nuevamente deja ver la inundación de sus designios. Hacia el silencio, no queda sino la sensación de haber estado absortos, casi desvanecidos ante la presencia de una escultura sónica portentosa. Algo tan grande ha pasado entonces, algo de una naturaleza tan elusiva que difícilmente parece querer dejarnos declarar haber sabido de su presencia. En muchos sentidos, enorme.



Emeralds - Rotating Floor (Wagon, 2007)

Emeralds realizan en "Rotating Floor" un interesante juego de paneos de electrónica abstracta, semi ruidosa postrada frente a una elemental pero persistente fondo/marea de síntesis oscura y circundante guitarra eléctrica. Por momentos, el incipiente rastro del drone principal se ve atrapado en un loop inconstante y casi sin sentido, que, además, posee la deficiencia de haber quedado plantado a muy alto volúmen, evitando que se pueda apreciar el juego en espirales del resto de la instrumentación. Al eliminar la falla, los remanentes son sorprendentemente similares a alguna pieza post-rockera, aunque la negación hacia la progresión afortunadamente previene al dueto de caer de lleno en dicha etiqueta. El cierre de la pieza, con su insistente énfasis en los sonidos eléctronicos oscuros y en constante flujo, remite a algunos de los momentos más espectrales del Tangerine Dream de "Zeit" o de "Alpha Centaury", aunque con una muy evidente inclinación hacia los instrumentos de cuerdas y ciertas persistencias droners.
En "Passage", Emeralds parecen seguir declarando con fervor su amor por la electrónica alemana de los setentas con una introducción en teclados que recuerda a la magia pastoral de Florian Fricke momentos antes de ser interrumpida por ese abuso de loops que da una consistencia tan apabullante y extraña a su sonido. Posteriormente la banda hará llegar un bello juego de teclas, que con su combinación de sonidos naturales y efectos en reversa provoca una sensación de discontinuidad y sueño, un letargo provocado sólo para hipnotizar al escucha y hacerlo entrar a la portentosa crecida a seguir.

Emeralds - Smoke Signals (Wagon, s/n, 2007)

Indescifrable abuso en un delay embotado introduce "Jetstreams", que comienza por sostenerse en el característico teclado de evolución micrométrica y cuya carga de incertidumbre se ve aumentada por una línea de samples intrazables y delirantes. Aquí, contrariamente a lo que ocurre en "Smoke Signals", con su clara preferencia por los ensueños dulces, Emeralds recogen memorias de sueños profundos y grotescos, en una invocación abisal y apesadumbrada envuelta en drones casi guturales y de tintes rituales.
El portento de la octavación y de la variación microtonal se adueña luego de "Awful Chalk" en la cara b, donde las imágenes se instalan y fijan de lleno, vigorosas. La herrumbre desprendiéndose de la guitarra deambulando en el fondo recuerda brevemente a las composiciones en capas de los últimos Swans y a algunos de los trabajos de Glenn Branca; claro, hasta que nuevamente los teclados vuelven a adueñarse del aire por completo, ahora en un giro más ambient y complejo, cercano a la extraña belleza de los primeros trabajos de Growing, aunque optando por la desintegración sin un abandono catártico. (S.S.)

Thursday, November 08, 2007



Armenia + Cornucopia - Un Infierno Total (Sonora, RA-08, 2007)

Este trabajo conjunto entre dos de las más legendarias bandas de noise latinoamericano, el proyecto ecuatoriano Armenia y el dueto portorriqueño Cornucopia, se deja ver como parte del esfuerzo conjunto que ambos proyectos realizan en aras de mantener un sentido de unidad en la aún diminuta comunidad latina de noise. Ambos grupos ya son estandartes en la escena; Sabatto de Armenia ha venido trabajando en su proyecto desde principios de los noventas, siendo la primera banda latina en editar con RRR. Asimismo, la historia de Cornucopia, ya más familiar para los lectores de este blog, ha sido consistente al grado de haberles hecho acreedores de una impecable reputación como banda de importancia capital en el rubro del ruido internacional.
Para esta colaboración, ambas partes se concentraron en la creación de intensos cuadros de ruido improvisado, astringente y corrosivo, las cuales fueron analizadas y operadas por Sabatto. Éste, a su vez, trabajó a sus anchas cortándolas, bifurcándolas, seleccionándolas y uniéndolas en una colosal pieza de setenta y cinco minutos, con subidas y declives de tensión, flujo y potencia que forjan una aleación sónica constantemente mutante en un dinamismo extremo. En "Un Infierno Total" no hay tierra firme. A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de los discos de harsh noise, aquí no hay un rasgo inamovible, un eje estático que sirva de ancla; el correr del ruido blanco es tan constante y veloz que deja al escucha fatalmente desprovisto de cualquier tipo de asidura. No hay más opción que la inmersión total en sus furiosas mareas. (S.S.)

Wednesday, November 07, 2007

Sutcliffe Jugend - This Is The Truth (Ground Faul Recordings/Hospital Productions, GF/HOS-166, 2007)

Contrario a lo que podría esperarse de una banda que ya lleva más de veinte años en el borde, Sutcliffe Jugend no parecen estar ni remotamente cerca de suavizarse ni de predisponerse a cóncavas indulgencias (veáse "Racket"). "This Is the Truth", su primer álbum íntegro en estudio en 8 años,es un disco que mezcla complejidad y subversión a partes iguales.
Partiendo del power electronics y en buena medida proponiendo su renovación, "This Is the Truth" muestra a una banda que no se queda en el esquema básico del sistema sonoro del que se desprenden. Corte tras corte de este álbum aparecen piezas que juegan con el escucha a diversos grados; por ejemplo, "Born Again", sirviendo como marco de entrada, establece un rampante seguimiento de atemorizantes texturas que son exponenciadas en tensión por la controlada voz de Tompkins, multiplicando cada instante de erosión, sólo para después explotar con la catastrófica "What If", en donde la voz aguda del cantante se une al deslave de punzantes y caóticos sonidos, aunados a un marco sonoro digital sofocante. La voz de Tompkins, no empleada en grabaciones desde hace ya algunos años, es absolutamente instrumental en el alcance de la abrasión de Sutcliffe Jugend, dando un sentido intrínseco de complitud a cada una de las piezas, lo cual obviamente se contrapone en gran medida al bagaje regular de indecisión e imprecisión tan criticado en la mayor parte del noise -al menos el categorizado como free o improv noise- actual.
Además de las obvias descargas catárticas, Sutcliffe Jugend ofrece en este trabajo bizarras muestras de un ácido sentido del humor, en "This Is the Truth" el dueto toca un paradójico blues en guitarra que choca de frente con su propia electrónica circular y estática, puesta un poco en estática para hacer a ambas partes contrastar mayormente. Entonces "Restraint", con su indefinido desprendimiento de notas de guitarra parece querer abrir con un animo más amigable. Pero en cuanto los elementos comienzan a coludirse, las cosas cambian. La voz filosa de Tompkins y la electrónica furiosa de Paul Taylor van cargándose poco a poco sobre lo que queda de las desperdigadas oscilaciones de feedback guitarrero hasta que lo queda no es sino un caótico cuadro de sónica agresiva obliterante y cada vez más y más creciente. "Pigboy" va por una dirección enteramente divergente; drones de oscilaciones muy lentas componen un entramado terriblista y digno de temor que se encuentra fielmente acompañado por un volátil soliloquio, ofensivo y grotesco. "Deviljesus" está formada a partir de las convulsiones sonoras de bajeos que chocan con las órbitas de los gritos de Tompkins y los reductos de melodías de unos beeps altisonantes para concluir en una suerte de mantra que encima la misma frase una y otra vez sobre sí misma, exceso perfecto, de corte fanático, para poner fin al primer acetato de "This Is The Truth".
Loops de líneas de guitarras inconclusas y chirridos ríspidos y sumamente agresivos comprenden la pieza abridora del segundo lp de "This Is the Truth", "Your Weakness", la cual va de la relativa certidumbre de los patrones circulares al más habitual power electronics con todo su caos y tensión. Para "Take" incluso se atreven con algo más cercano al noise más regular; la estática se va aglutinando al fondo mientras las voces van creciendo en intensidad y un zumbido, al centro de todo, va perfilando el rumbo agónico de la pieza. Entonces las fébriles vocales vuelven a tomar el control y el esquema se convierte en uno familiar, potente y abrasivo, que concluye con una serie de intensos juegos de frecuencias bajas nebulosas e hipnóticas. Con "Obsession", los ya de por sí atípicos medios de la banda se muestran aún más afectados por la labor compositiva de la dupla al ofrecer una acosadora descarga de sonidos furtivos indefinidos y vibrantes que comunican más de forma física que sonora, fungiendo apenas como receptáculo para los más francamente violentos quehaceres vocales. Finalmente, "Blind Ignorance" concentra a grado superlativo la catársis consumada con un tropel de ruido que forma paredes, se derrumba y vuelve a crecer: una salida efusiva para un trabajo que no ha escatimado en medios y que se posiciona no sólo dentro de las mejores del año, sino hasta dentro de los mejores de su propio género. (S.S.)

Saturday, November 03, 2007

Marble Sky - The Sad Return (Callow God, CG045, 2007)

Uno de los trabajos más elusivos de este año, "The Sad Return" es el debut de Marble Sky, un enigmático proyecto alterno puesto en marcha por Jeff Witscher -de Impregnable- y en ésta, su meláncolica carta de presentación, puesta en circulación en apenas quince copias, muestra un lado totalmente insospechado de uno de los noiseros más brutales de la época actual. "The Sad Return" presenta en dos cortes un trabajo meditativo y sumamente bello basado en el vaivén de oleadas de estática bien controladas y combinadas con un preciosista trabajo en teclados. Sin duda una de las mejores cintas del año, que, afortunadamente, verá una reedición próximamente. (S.S.)

Prurient - Kevin Drumm - All Are Guests In the House of the Lord (Hospital Productions, HOS-201, 2007)

Esta reciente colaboración de los extremistas aurales Kevin Drumm y Dominick Fernow -mejor conocido como Prurient- sorprende por su cuidadoso orden y respectivo seguimiento. Aislando temas sónicos de diversas índoles en segmentos reminiscentes de canciones o piezas en vez del mero enérgico debraye ruidoso, el dúo logra establecer ambientes claramente delimitados y de acabados de variantes bien sujetas. La introducción, "First Memory of Pain", ve a Fernow retrasando sus vocales frente al límbico devenir de un cuadro casi ambiental que, como si se tratara de un trabajo hecho by numbers, es seguida por "On This Slab", track de herencias claramente industriales, bastante lejano al noise y que reúne una sorprendente cantidad de elementos en una progresión discreta pero efectiva: metales golpeados, loops mecánicos, descargas de distorsión y gritos con mensajes lacerantemente irónicos y elusivos en sentido de confrontación, obviamente, hacia la iglesia católica. Con "There Died Venus", Fernow y Drumm retoman los primeros indicios antimusicales de aquellos lejanos trabajos de Boyd Rice a finales de los setentas trabajando sobre un compulsivo repetir, degrandante y agónico, pero sobre todo ríspido sin llegar a la abrasión total. Cerrando la primera cara, en "Though the Apple Is Rotten" la dupla conviene en una combinación de marcos sonoros extraños entre sí, mezclando la misteriosa indefinición de las grabaciones de campo, con loops de voces infantiles extrañadas y un acompañamiento musical ineludible a pesar de su falta de corporeidad, todo con un giseo aumentado ganando el centro del campo sin esfuerzo.
"In Long Rows" inaugura la segunda cara con un modus operandi bastante similar al de la pieza anterior, aunque ahora dándose más tiempo para cimentar una atmósfera tétrica, que bien podría pertenecer a una película de terror o a alguna cinta de guerra, cualquiera de clase B, centrada en lejanas imágenes de guerra. "Comes Another Brood" cierra la cinta con una contenida exploración de motivos apocalípticos, conjurada mediante un vibrante trabajo en eléctronica estática y órbitas industriales ferrosas y violentas en todos sus contenidos estáticos y dando lugar al desprendimiento de tóxicos nubarrones grises de teclados de gustillo alcalino. Otro buen trabajo en Hospital que ve a Prurient nuevamente alejándose de los terrenos estables y diversificando cada vez más su sonido con un acercamiento notorio hacia la formalización. (S.S.)

Greh Holger - Paralysis (Hanson Records, HN174, 2007)

La edición de "Paralysis" supone dos preguntas evidentes, la primera en cuanto al por qué Greh Holger prefirió emplear su nombre en vez de su más usual y constante alias como Hive Mind la segunda al por qué de la excesiva longitud de la grabación, siendo totalmente atípico de Hanson editar en cinta trabajos que rebasen la media hora total de duración. Ambas preguntas podrían responderse tras una primera escucha; éste se trata de uno de esos trabajos exploratorios tan socorridos por los personajes que pululan alrededor de American Tapes. Como Olson y -especialmente- Dilloway, Holger es conocido por su afición por los sintetizadores y por los trabajos experimentales formulados en torno a ellos. Esta cinta, desprovista de cualquier dinámica funciona de manera similar a la de los loops de Super 8 y decididamente privilegia consistencia por encima de variación alguna. No es sino hasta que el primer lado de la cinta concluye -tan sólo después de los primeros treinta minutos- que los cambios comienzan a acontecer, y, nuevamente, lo hacen de manera en extremo escueta. Ciertamente los elementos que conforman los trabajos regulares de Hive Mind se hallan aquí, aunque de una manera tan poco articulada y estática que es a veces difícil responder a ellos. Sin duda "Paralysis" es un trabajo que evidencia una dedicación tremenda, rayana en lo obsesivo y del mismo modo exige ser abordado por el escucha. Sin embargo, es difícil pensar que sus contenidos lleguen a sustentarse como de suficiente valía para que alguien deseé hacerlo; quizás la razón de que sea acreditado a Holger y no a Hive Mind es que no merezca del todo aparecer en su granada discografía. Decididamente sólo para entusiastas. (S.S.)
Robedoor - Hopeless Transformation (Goaty Tapes, Goaty Tapes #1, 2007)

Con "Hopeless Transformation" Robedoor vuelven a demostrar que lo suyo no es conformarse ni comprometerse. Sumamente atractivo al oído a pesar de la desbordada distorsión implícita en cada una de sus evoluciones, este cassette conecta momentos de nostálgicas, dulces melodías a la This Mortal Coil con irreflexivos estertores percusivos y constantes llantos de efectos obliterados. "Scaled Apparition" surge dentro de una dinámica que la banda ni siquiera requiere ejercitar para constituir; el trabajo de Robedoor ya está tan cuadrado que a estas alturas parece ser meramente el constante reacomodamiento de elementos previamente conectados y separados en docenas de distintas ocasiones. La embriaguez de esta primera pieza es tan perfecta y extraña como llantos grabados en piedra en tiempos lejanos; una piedra que no está perfectamente pulida, adornada por un lenguaje que no es tampoco imposible entender, pero sí de bordes ariscos y belleza imponente.
Desde la misma fuente de inspiraciones viene "Violent Memory", otro tema melancólico de dinámicas veloces aunque discretas y de reemplazamientos delicados de filos brillantes. Al cerrarse sobre sí mismo, este tema comunica un embrollo de sensaciones viscerales y delirantes fascinante.
Las pautas que esta banda ha ido marcando -aún siendo tan difíciles de seguir al ser una de las más prolíficas en el medio- son buenos indicadores; su diversidad y potencia son cuando menos encomiables. "Hopeless Transformation" es otro gran trabajo de uno de las mejores bandas de estos tiempos. (S.S.)