Saturday, September 09, 2006



Zäimph - Live Hasselt (Heavy Blossom, s/n, 2006)

Desde mi muy particular óptica, Zäimph es el más abrasivo de los proyectos que se desprenden del cuarteto de los Double Leopards; sus primeras ofertas no eran sino violentas revueltas sonoras que sin piedad dejaban caer todo el peso de sus cacofonías a través de los molidos oídos de sus escuchas. Y todo con base en el taladro que es la guitarra de Marcia Bassett, quien con apenas su lira y un montón de pedales recrea todas estas infernales maniobras y visiones.
Y a pesar de que Zäimph en estos momentos siga siendo uno de los más portentosos proyectos solistas de la escena noisera americana, no cabe duda de que la dirección que Bassett primeramente propuso ha ido, muy lentamente y radicalmente, cambiando. Articulando un poco más, dándole más respiro al escucha, Bassett ha conseguido en 'Live Hasselt' crear un documento más firme y lleno de sustento aunque igualmente pesadillesco.
Así, como intentando imitar el movimiento del mar, Bassett deja correr los veloces cauces de las disonancias de su guitarra en plena saturación hasta forjar tormentas que se convierten en nubarrones o en enjambres de furiosos insectos prehistóricos y que vuelven a ser oleadas de aguas furiosas tras algunos minutos. Bassett divide este show en dos partes, dos paisajes sonoros que equilibran el ruido decadente y mecánico de la distorsión extrema con el delirio de las atmósferas del feedback, teniendo por base siempre un drone consumado que emana como puro líquido precioso. 'Live Hasselt' muestra así como Basssett ha depurado el sonido de Zäimph para ofrecer un cada vez más intenso y profundo cuadro sonoro. (S.S.)


Hototogisu/Burning Star Core - "II" (Heavy Blossom, s/n, 2006)

Magia atmosférica, enormes abismos de cauces brotantes, pesadumbre. Todo provocado por los vaivénes de maquinaria electrónica fuera de control y sus operadores, quienes intentan sólo hundirnos un poco más en las tinieblas. Como parte de la senda discografía de la bestia de dos cabezas, Hototogisu, éste quizás sea su producto más febrílmente cercano a la música eterna. Oleadas de puro drone corren pesadas a través de los insalvables muros de sus restricciones estructurales, apenas por instantes alcanzan a escapar pequeñas chispas de electrónica o notas humanas.
Pero después de toda la densidad, de todo el veneno vertido -hacia los primeros veinte minutos-, el enorme grupo hace crecer el drone todo como si fuese una sola voz, subiendo hacia el infinito en un lamento visceral, paralizante. El resuello de las máquinas.
Este super grupo, la conjunción de Burning Star Core y Hototogisu, reúne perfectamente y hasta exponencialmente las cualidades indivuales de sus integrantes. Aquí hay espacio para todo, para la cuidadosa interpretación de Yeh en violín y para la batería de Tremaine. Su resultado, de vuelos Stockhauseanos, es tan poderoso como los más encumbrados atisbos de Double Leopards, puro drone desprovisto de temporalidad en un alucinante y vertiginoso acercamiento a las estrellas. (S.S.)