Secret Abuse - Violent Narcissus (Not Not Fun, NNF-135LP, 2008)
Jeff Witscher ya lleva más de un par de años dedicado a la música experimental; su trabajo se extiende a más de un género musical, los más de los cuales generalmente acaban, por su designio, de bordear con el orbe sónico del noise. En Impregnable, proyecto que le ganó renombre como vanguardia ruidística, Witscher se dedicaba a formular enormes murallas de ruido blanco que evitaban en lo más las tiradas dinámicas del harsh noise japonés. Junto a algunos de sus colegas californianos, como Jon Borges de Pedestrian Deposit y Phil Blankenship de The Cherry Point, Impregnable se constituyó como uno de los eslabones más radicales del ruido.
Estos muros de ruido, sin embargo, después de algún tiempo, acabaron por cansarle, y de habitar por años la identidad que le dio fama, Witscher pasó a abordar una multitud de alias, casi tan variada como los estilos que se dio por tarea explorar. De allí salen Trash Dog, Deep Jew, Roman Torment, Mare, Disfigure Mare, Black Chastity, Forbidden Fuck, Without Belonging, Greater Saga, Marble Sky y, por supuesto, Secret Abuse.
Secret Abuse se ha convertido en el proyecto más estable de este multifacético artista. Inicialmente, se trataba de una continuación un tanto diluída del trabajo de Impregnable; aún violento y bordeando con el ruido, Secret Abuse fue delineándose cinta tras cinta (principalmente en Callow God y en la súper elusiva Agents of Chaos) como algo totalmente nuevo. Tras algún tiempo, el ruido había pasado de ser un elemento intrínseco a convertirse en uno recurrente e incluso efímero.
Delatando un gusto por la composición contemporánea y el ambient, Witscher encontró en el esquema instrumental del noise las herramientas para crear sus propias variantes de estas expresiones. Cintas recientes como "Pass," "Sojurn 3.6," y "Young Pig/Walking for Days Alone" evidencian esta serie de insospechados movimientos.
Pero aún hacía falta algo que diera punto final a este incontenible avance, y lo vino a dar con lo que pareciera ser su consagración definitiva como artista, "Violent Narcissus."
Editado hace apenas un par de meses por Not Not Fun, este lp rescata las características esenciales del trabajo visual de Witscher (pastiches, poesía a la e.e. cummings, figuras indefinidas e indefinibles, etc.), así como una amplia visión de su trabajo sónico, conjugando una gran cantidad de posibilidades, exploradas cada una respectivamente con claridad y concordancia.
El primer lp de Secret Abuse comienza con "Domino," un tema en guitarras que sirve de perfecta referencia a la influencia del showgaze en su trabajo reciente: olas de acordes dulces brotando y regenerándose entre un espejo de estática. "There Are Times In The Morning," a pesar del nombre, abandona el tema melancólico un poco, con Witscher haciendo uso de su arsenal de recursos, con efectos susurrando fantasmales intervenciones mientras un lento y grueso sintetizador da un cuerpo grave al total. Un poco adelante una guitarra nuevamente absorta en distorsión y efectos complementa para cambiar a una tónica más eólica. "Dust," tercer tema, bien podría caber junto a piezas de Loren Connors o Windy & Carl. Se trata de una sobría composición basada en la repetición del delay y una sistemática caída de la reberveración. Acordes abiertos, invocados con fuerza, punteos precisos y llenos de dulce melodía componen un tema que se deja llevar con naturalidad y la inigualable precisión de lo efímero.
Pero lo que se lleva las palmas aquí es el cierre del disco, "Black Cartridge," una gigantesca nube de estática de guitarra y efectos que crece descomunal y etérea en instantes y luego se pierde entre sus lamentos, negándose a ceder. Enorme en su comunicación de sensación y poder, desgraciadamente sólo dura un par de minutos.
La cara B abre con otro filoso tema, "Pulse" con la fresca evolución de un fraseo amigable que va siendo poco a poco complementada por un grave pulso al fondo, el cual va poco a poco tomando presencia hasta convertirse en un subyacente rugido que sin embargo jamás busca apoderarse como el eje del tema. Pero la que sí rompe es la siguiente, "Gaze" ," conservando el tema pero acentuando su volúmen y su potencia; Witscher aquí reproduce gloriosamente la combinación de ruido blanco y melodía -algo así como una idónea suma de wall of noise y ambient.
"Aureole" es la pieza más agresiva de todo el disco, siguiendo el pulsar oscilatorio de un sintetizador con filosas descargas de ruido blanco. Poco a poco el ritmo se va cerrando hasta perderse y dejando apenas una estela de resuellos de guitarras, que van poco a poco conviertiéndose en notas delineadas con cuidado para "Oak Body," tema que cierra el disco con su discreta y delicada belleza, ambigua entre la casi violenta atmósfera que le acompaña y la precisa salida de vocales y guitarras.
Y a pesar de haber descrito prácticamente todo el contenido sustancial del disco, no puedo dejar de sentir que esta reseña se queda corta. Si ha habido un artista del año en el rubro del ruido y la música experimental, ése ha sido Jeff, quien, operando desde las sombras, cuidadosamente empacando cada uno de los cassettes que él mismo produce y haciendo música profunda con la inspiración de noches de vigilia a cuestas, ha creado con "Violent Narcissus" la que es, hasta el momento, su obra maestra. Pocos pueden contender con este gran trabajo -quizás acaso el pasmoso "Braided Industry/Raising the New Wing" de Hum of the Druid- para llevarse la ilusoria corona del mejor disco del año. Así que deja de leer y corre a comprarlo antes de que se agote y luego tengas que desembolsar una breve fortuna por él en ebay. Estás advertido. (S.S.)
Tuesday, December 30, 2008
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