Ketamine Kurtainz - 1007 Moon (8ctopus, OCTO 16, 2007)
Prácticamente de la nada me saltó a las manos este extraño y misterioso artefacto de la dupla de Sarah Pendleton y Eli Morrison, alias Ketamine Kurtainz, y ya llevaba un par de meses pidiéndome un poco de tinta virtual. Lo primero en llamar mi atención es que se trata de un disco de una factura tan ambigua: por una parte, "1007 Moon" ofrece una mezcla compleja y de producción sónica prácticamente profesional; por otra, la fotocopia pegada al digipack liso y el cdr rotulado con plumón, limitado a la ridícula cantidad de veinte copias, provocan una impresión, pues, prácticamente, de desdén hacia un trabajo que podría encontrar una audiencia más amplia con facilidad. Pero quizás esto no sea sino otro signo de los tiempos de abusivo consumismo que vivimos.
Ketamine Kurtainz crea una ensoñada neblina de ambientes tóxicos que se expande mientras filosas descargas de electrónica abrasiva comienzan a deshilarse, dando una dinámica espacial al delirante mosaico de beats torcidos sobre el cual el dueto se mueve. Samples de guitarras basados en slides lentos, manipulación de electrónica análoga, y esas vocales eternamente sumidas en cortinas de delay y reverberaciones forjando cadenas interminables de sensuales e indescifrables, casi susurrantes, líricas hacen de "1007 Moon" un trabajo esquivo, que no permite develar sus intenciones tras una primera escucha. Sus irregulares e inesperados cambios de plano no permiten una escucha lineal; no por nada cada tema consecutivo es llamado y enumerado como una alucinación.
En las cuatro piezas, o alucinaciones, que conforman este trabajo, Ketamine Kurtainz rescatan de los abismos del hype una electrónica que no busca aliarse con el simplismo rítmico y que encuentra en el debraye y los vuelos psicodélicos fuerza suficiente para crear algo bizarro y genuino. Un trabajo interesante y, sobre todo, sumamente inquietante. Ojalá sus secuelas sean más difundidas. (S.S.)
Prácticamente de la nada me saltó a las manos este extraño y misterioso artefacto de la dupla de Sarah Pendleton y Eli Morrison, alias Ketamine Kurtainz, y ya llevaba un par de meses pidiéndome un poco de tinta virtual. Lo primero en llamar mi atención es que se trata de un disco de una factura tan ambigua: por una parte, "1007 Moon" ofrece una mezcla compleja y de producción sónica prácticamente profesional; por otra, la fotocopia pegada al digipack liso y el cdr rotulado con plumón, limitado a la ridícula cantidad de veinte copias, provocan una impresión, pues, prácticamente, de desdén hacia un trabajo que podría encontrar una audiencia más amplia con facilidad. Pero quizás esto no sea sino otro signo de los tiempos de abusivo consumismo que vivimos.
Ketamine Kurtainz crea una ensoñada neblina de ambientes tóxicos que se expande mientras filosas descargas de electrónica abrasiva comienzan a deshilarse, dando una dinámica espacial al delirante mosaico de beats torcidos sobre el cual el dueto se mueve. Samples de guitarras basados en slides lentos, manipulación de electrónica análoga, y esas vocales eternamente sumidas en cortinas de delay y reverberaciones forjando cadenas interminables de sensuales e indescifrables, casi susurrantes, líricas hacen de "1007 Moon" un trabajo esquivo, que no permite develar sus intenciones tras una primera escucha. Sus irregulares e inesperados cambios de plano no permiten una escucha lineal; no por nada cada tema consecutivo es llamado y enumerado como una alucinación.
En las cuatro piezas, o alucinaciones, que conforman este trabajo, Ketamine Kurtainz rescatan de los abismos del hype una electrónica que no busca aliarse con el simplismo rítmico y que encuentra en el debraye y los vuelos psicodélicos fuerza suficiente para crear algo bizarro y genuino. Un trabajo interesante y, sobre todo, sumamente inquietante. Ojalá sus secuelas sean más difundidas. (S.S.)
No comments:
Post a Comment