Sunday, November 14, 2010


Vomir/Animal Machine - Testicular Freedom (Invaginity, INVS-2, 2010)

Invaginity (¿referencia a Merzbow, quizás?) es la nueva disquera de Ernesto Bohorquez de Animal Machine, la cual presenta con "Testicular Freedom," la segunda parte de lo que será -aparentemente- una serie de splits de ruido devastador entre Animal Machine y otros ruidistas selectos. En este caso además del proyecto de Bohorquez, se presenta el radical noisero francés Vomir.
Sin más, Vomir comienza su intervención intempestivamente al construir de la nada un túnel de rugidos electrónicos oscuro y férreo. Un tono al fondo da más peso a la masa de herrumbre apocalíptica, al tiempo que traza un sendero hipnótico y engañoso. Con su corte, Vomir nuevamente explota la incesante involución de la inmanencia aural, forjando a partir de su trabajo una oscura y degradada cinta de Moebius que, de manera garantizada, proveerá al escucha de un delicioso adormecimiendo neuronal.
Animal Machine, por su parte, continúa con su propia racha prolífica -con más de 30 producciones sólo en este año- en esta cinta con tres devastadores bloques de ruido fuera de control a los que agrupa bajo el título de "Disposable Masochrist Doll." Desde su comienzo, convulsivas capas de ruido blanco toman control del rango medio mientras una obliterante masa de fecuencias bajas se apodera de la gravedad en la primera sección de este corte. La siguiente parte tiene una dinámica más harsh, concentrando sus variaciones en una velocidad y una abstracción espasmódicas, en clara referencia a la furiosa locura del cut-up ruidista. Hacia el comienzo del tercer corte, prácticamente toda la estabilidad del rango grave se ha perdido, dejando a su paso solamente los zigzageantes vaivenes de pulsos electrónicos fuera de control, desbordados y frenéticos. El final trae de vuelta, al menos en apariencia, a la potencia grave; pero apenas poco después, Animal Machine decide ir de lleno contra todo, desmembrando e hilvanando caóticamente todo rango de frecuencias en una maraña anárquica de ruido.
La idea tras la cinta es evidentemente referencial del mismo modo que la mayoría de las disqueras europeas de noise más radicalmente underground contemporáneas lo son con sus producciones -véanse Symbolic Prod o Underground Pollution Records para más ejemplos-, al emplear cintas recicladas, arte minimal en fotocopias y pornografía explícita, y al desentenderse con vehemencia de cualquier cercanía con conexiones pseudo artísticas o cultas. Ruido por el gusto de hacer ruido.

Animal Machine/DMAH - Sangre, Tierra y Oro (Vomit Bucket Productions, VBP 048-2010, 2010)

"Sangre, Tierra y Oro" es la cataclísmica tormenta de casi 40 minutos que invocan el colombiano DMAH y el peruano Animal Machine en ésta, su primera colaboración. La clásica distorsión digital de Animal Machine, cada vez más cercana al abandono del HNW, se topa con la incesante descomposición de pulsos y chirridos electrónicos de DMAH. Mientras la parte más dinámica se encuentra secamente confinada a los rangos medios -de manera casi permanente-, dando peso y ataque al tema, la obliteración de frecuencias en los espectros grave y alto genera una atmósfera expansiva y abierta. La combinación se siente complementaria y efectiva.
"Sangre, Tierra y Oro" no es trabajo opresivo, sino más bien uno libre e ingrávido. Su estructura es la de un caudal donde el flujo es constante y los movimientos tan furtivos que pasan muchas veces desapercibidos al oído. Éste es un tema más que para oírse para sentirse y cargar las baterías. Noise de verdad.

Animal Machine - Post-Coital Fetus (Smell the Stench, s/n, 2010)

La entrada de "Post-Coital Fetus" no posee la más mínima discreción, sino que por el contrario va a por todo con el abrupto desencadenamiento de una gigantesca marea de ruido que bordea en la estática. La excesiva deformación de las frecuencias llevadas al tope extiende su distorsionado siseo a lo largo de todo el corte, dotando al tema de una paradójica inmovilidad que contradice la furiosa velocidad de cortes y violentos cambios de densidades que ocupa, también, el total de la pieza. En vez de ver el total de movimientos fundirse en una gama de frecuencias demasiado delimitada, -lo cual generalmente deviene en un caos torpe y sin mucho contenido valioso- los dos aspectos consiguen operar de una forma prácticamente independiente, implementando, de forma consistentemente complementaria, excesos sónicos de órdenes totalmente distintos. El resultado final es un tema sumamente enérgico que, sin llegar a los extremos espásmodicos del japanoise, fluye y contagia su interminable ímpetu al escucha. La edición, a cargo de Smell the Stench, es como generalmente puede esperarse de esta disquera, más que minimal: apenas un cdr desposeído de cualquier tipo de marca de identificación o arte que es apenas acompañado por una fotocopia de un collage porno bastante simplón. Afortunadamente, el ruido contenido en él sí vale lo que el disco. (S.S.)

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