Sunday, November 14, 2010

Darksmith - Total Vacuum (Hanson Records, s/n, 2010)

El primer lp de Darksmith, Total Vacuum sorprendió al desaparecer de los estantes virtuales casi inmediatamente después de aparecer. Ante su inusitado éxito, Hanson Records ha decidido reeditarlo en formato de cd.
Total Vacuum es un álbum que aborda la tradición de la musique concrète desde una perspectiva sumamente orgánica y ríspida. Cada uno de los cortes deja a su paso ese gustillo ferroso a cinta magnética y los distantes ecos de la degradante infinitud que produce el vaivén del carrete que corre en un loop. Los siete cortos temas contenidos en este trabajo fueron producidos con un evidente desdén por la alta fidelidad y las buenas costumbres sónicas, estableciendo, en vez de ello, escalofriantes descomposiciones de sintáxis melódicas y rítmicas. Shared Empty Space, el corte abridor, es buena muestra de ello. Con una sobrecarga de voces paneadas, golpeteos a micrófonos y chirridos de procedencia misteriosa, este corte es generado de una manera tan arbitraria e intuitiva que uno puede ver, claramente, como los posibles errores van abriéndose paso, adquiriendo sentido súbitamente. Six Interiors con su andar mecánico y metálico podría haberse desprendido de algún álbum de Chop Shop.
Éste último parece ser una referencia obvia, como parecen serlo Yeast Culture y Hands To. Sin embargo, la configuración del trabajo de Darksmith es mucho más parca que la de éstos. Temas como Now, A Blue Period y The Phantom Other Half poseen un elemento fantasmal, mezcla de melancólico y lúgubre, que podría haber llegado a tornarse en hipnótico de no ser por su brevedad. Por lo mismo, el aspecto meditativo y cuasi ritualista de sus predecesores no se encuentra en este trabajo más que por algunos instantes, diluyéndose rápidamente.
En lo personal, esta brevedad y concisión me hizo pensar en Total Vacuum como en una especie de catálogo de sonidos que, con cada tema ofertado, traza una hipérbole insostenible sólo para, inmediatamente después, precipitarse al olvido. La marca de Darksmith es, sin embargo, plenamente distintiva y peculiar y sus cuadros sonoros, aunque efímeros, son decididamente complejos y deleitosos, sobre todo, por ser evidentemente lejanos a la obviedad y a las convenciones incluso del propio género en que se les podría llegar a ubicar. Mi segundo encuentro con este artista decididamente me ha intrigado aún más. (S.S.)

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