Saturday, January 29, 2011


Hum of the Druid - Norse Fumigation (SNSE, SNSE077, 2010)

Hum of the Druid regresa con el long play "Norse Fumigation" en SNSE y, qué decir, para empezar, es inspirador ver las constantes mejorías en la calidad del material en que los trabajos del proyecto de Eric Stonefelt están siendo producidos: Vinil virgen, sin ruido, un inserto en papel couché y una perfecta funda adornada por la serigrafía del inquietante trabajo visual de Stonefelt. Luego, respecto a los contenidos sónicos: tras un año de espera, más le valía a este artista elaborar algo mejor que "simplemente bueno" y, para variar, tal resultó el caso.
Siguiendo la ruta de Akifumi Nakajima -Aube- Stonefelt ha comenzado a producir trabajos con una base cada vez más notablemente dedicada al empleo de la materialidad -nada mal para alguien cuyo sonido podría caracterizarse como telúrico y primordial-. En sus breves notas, Stonefelt señala que los sonidos con los que "Norse Fumigation" fue compuesto tienen por base metales, agua y cristales procesados, además de guitarras y vocales. Pero el empleo de metales en "Transcedental Criminal Behavior," primer corte del álbum, no se desprende de enérgicos aporreos como los de Grunt o Macronympha, ni el uso de los cristales se desprende de viscerales estallidos como los de Sissy Spacek, sino que se centran mayormente en un cuidadoso estudio de sus propiedades texturales. Los iniciales golpes maquinales del "Transcendental Criminal Behavior" apenas insisten en su violencia por algunos minutos, tras los cuales, el tema se torna meditativo, pesado, conformado hacia abajo por movimientos tonales gravísimos y mínimos, y en la superficie por crujidos granulares casi corpóreos.
"Norse Fumigation," tema que cubre la segunda cara del álbum, tiende hacia el lado opuesto: Si bien hacia el fondo pueden distinguirse atmósferas creadas por alguna guitarra con delay y, quizás, la grave manipulación de algún otro objeto, practicamente toda la superficie está cubierta por un extraordinario despliegue de sonidos concretos, algunos meramente modificados por el uso de algún distorsionador y ecualización, y otros, mientras tanto, exhibiendo sus cualidades naturales plenamente. Los aporreos a láminas, los repiqueos de metal pegando con metal, el sangrado de las frecuencias transportadas por micrófonos de contacto, la sofocación de la tierra amplificada: todo se destiende como una maquinal sinfonía que parecería seguir por lógica los preceptos del "Changez Les Blockeurs" de The New Blockaders. Todo apunta hacia el caos liberador, extático, ritual, hasta que Stonefelt deja ver, de nuevo, sus artificios: sus inesperadas vocales inevitablemente conectan con un idioma genérico -¿puede tratarse de power electronics, acaso?- aunque, -cabe señalar- de mejor modo que lo hacían en algunas de sus anteriores entregas. La voz, desprovista de efectos está desencajada; sus gritos, frenéticos, furiosos son incomprensibles. Asimismo, la salida del tema, volcándose de la nada a la musicalidad, parece querer ser un nuevo inicio, pero las cada vez más persistentes revoluciones del delay y las aparentes melodías -canceladas, fracturadas- efectúan justamente lo contrario: este camino no se trata sino de un abismo.
Cada trabajo de Hum of the Druid ha traído consigo una prueba más de la visión, perfectamente centrada, de su creador. Cada disco de este proyecto no solamente se ha apegado al meticuloso estudio de algún tema sonoro sino que además se ha entregado resueltamente a una metodología unificadora entre concepto y sonido: Los trabajos de Hum of the Druid no son muestras de un quehacer liberador, sino que están perfectamente ceñidos a una serie de reglas compositivas difíciles de desentrañar pero que evidentemente muestran una obvia predilección por los sonidos orgánicos y por una plenitud atmosférica, así como por una estructuración compleja y misteriosa En mi opinión, "Norse Fumigation" ha sido a la fecha el álbum que ve a Stonefelt llegar más lejos con respecto a su exploración de ambientes y cualidades sonoras y eso es bastante, sobre todo, considerando la incomparable calidad de sus más recientes trabajos. Disculparán la hipérbole, pero he resuelto comunicarles que este trabajo es fantástico y absolutamente obligatorio y que si no tiene sentido para sus orejas, corazones y cerebros, mejor compren el nuevo disco de Lady Gaga o de Metallica y que de paso dejen de leer este blog. (S.S.)

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