Sunday, December 19, 2010




IRM - The Cult of Young Men (Annihilvs, APEX005, 2007)

IRM es uno de los más interesantes proyectos en emerger de los submundos industriales nórdicos durante la parte final de la década de los noventas. De manera por demás escueta, el objetivo de IRM, dice Erik Jarl, fue inicialmente el de establecerse como un proyecto de power electronics, una alternativa a los más tóxicos ambientes que exploraría con su otro proyecto, Jarl. Y efectivamente, IRM adquiere su fundación en la configuración más esencial del p.e.: Jarl interpreta una electrónica agreste y asfixiante que es complementada por los gritos repletos de flangers y delays de Martin Blahd. Dos personas -solamente- dando forma a pesadillas sonoras en el molde del género que pretendían representar.
"The Cult of Young Men" es muestra explícita de cómo IRM logra dibujar una complejidad inusual en sus trabajos operando desde un género que tiende a ser visto como uno severamente limitado. Este álbum es una suerte de pesadillesca banda sonora que desanda una extensa variedad de oscuros y decadentes caminos sónicos. La temática es dictada por Bladh, quien, con un evidente influjo del accionismo vienés, estudia lo humano desde su muy peculiar visión del cuerpo, vuelto mero recipiente de impulsos y pasiones que poco tienen que ver con la racionalización. Crucifixiones, mutilaciones autoinfligidas, extirpaciones y procedimientos quirúrgicos tienden a ser algunas de los procesos que Bladh explora en su discurso desesperado y violento.
Jarl, por su parte, genera un complejo tejido aural que combina masivos momentos de inmanencia sónica con los recurrentes elementos que caracterizan al industrial escandinavo: atmósferas gélidas, pulsaciones en vez de percusiones, sonidos sintéticos ríspidos y ferrosos. "Stage of Crucifixion" y "Euphoria" son ejemplos idóneos de esto, con sus rítmicas maquineras, pesadas y lentas, forjando cuadros sólidos, exactos, perfectamente delimitados ante cuya falta de variaciones se vuelcan las palabras de Bladh. Otras piezas se salen un tanto de esta dinámica, gracias sobre todo al inédito empleo de drones del que IRM echa mano en esta ocasión. "Aktion Anthem,""The Cult of the Young Man" y "Limelight" evidencian la particular persistencia de este elemento. La disposición de estos temas acusa una obvia alternancia con los temas más típicamente apegados al modelo estereotípico del p. e., otorgando un cierto balance y una fluidez cuasi-cinematográfica al total del álbum.
Los temas que rehuyen el patrón del álbum son "Here Are the Young Men," inusual y potente cover de Joy Division, que se siente perfectamente integrado en el lenguaje caústico de IRM y la rendición en vivo de "Sebastian," tema que cierra su anterior obra, el magnífico y colosal "Virgin Mind." Una versión más de la canción de Joy Division cierra el álbum, aunque en este caso se trata de una bastante -más- inusual, que incluye el empleo de algún piano y una vocalización mucho más clara de lo habitual para esta banda.
"The Cult of Young Men" posee muchos elementos que harán -y han hecho- protestar a los puristas: el empleo de motivos característicos del accionismo le ha costado al trabajo de Bladh haber sido calificado como "accionismo light" en más de una ocasión; asimismo, los temas explorados en sus álbumes han sido acusados de ser un tanto artsy en un movimiento que tiende a renegar de las faltas de convicciones en el arte contemporáneo y en la de sus medios de expresión y difusión. Con todo eso, es innegable que este álbum ofrece una contribución sumamente personal y consistente a un género sumamente cerrado. La calidad del álbum en grabación, composición y mezcla reitera el evidente compromiso que IRM tiene con su trabajo; después de todo, uno no debe andarse cortando miembros o bañándose de sangre para hacer buenos discos.
"The Cult of Young Men" es un gran disco pero no es un disco para cualquiera: sus atmósferas sofocantes, su registro, constantemente bordeando en el ruido, y sus hipnóticos paisajes de sonido generan pura tensión contenida. Si eso es lo tuyo, adelante, no quedarás decepcionado. (S.S.)

No comments: