Contrariando el tema que inspiró la serie a la que este cdr pertenece -la "Free Software Series" de Mattin-, Christian Galarreta decide nombrar a su contribución "Computer Music Is Dead."Mientras la idea que Mattin sustenta con su colección aparentemente obedece su deseo de unión entre los compositores que emplean software libre como medio para realizar sus creaciones, Galarreta da la vuelta a esta premisa componiendo, cuando menos parcialmente, sonido a partir de equipos habilitados con este tipo de herramientas, aunque no necesariamente a partir de las funciones para las cuales éstas son intrínsecamente empleadas.
Ambas grabaciones que componen el álbum son registros del intermitente trabajo en vivo que Galarreta ha realizado a partir de la exploración de los campos electromagnéticos producidos por equipos electrónicos (i.e. computadoras) durante -su adecuado o inadecuado- funcionamiento mediante transductores. Muchos de los equipos electrónicos empleados durante los performances contenidos en estos trabajos ya se encontraban en un estado de plena decadencia, por ello, el título no es necesariamente mera ironía.
A este equipo, muerto, vuelto prácticamente chatarra, Galarreta le roba sus últimos alientos apenas ligeramente modulando los transductores para buscar alguna frecuencia y hacerla permanecer o mínimamente fluctuar entre sus envolventes cualidades naturales. La paulatina sobreposición de frecuencias produce una casi corpórea conjugación tonal de variaciones sumamente mínimas en el primer corte, "No S.O.", grabado en vivo en el MUAC de la Ciudad de México. Este tema se trata de una colosal unión de deshumanizada pasividad y feroz abrasión electrónica, que lo mismo puede adentrar al escucha en los terrenos de un delicado ensueño cuasipastoral -como en los ambientes con que el corte se acerca a su conclusión- que en el infierno de la recurrencia incesante -como hacia los primeros diez minutos, donde los picos de los tonos llegan a volverse filosos y rugientes-. Meramente mediante la modulación tonal y la eventual superposición de frecuencias se genera una composición sustancial en la cual las frecuencias alcanzan magnitudes intimidantes, de resonancias tan profundamente plomizas que inhiben cualquier otro sonido que pretenda interferir en el espacio.
El corte que da nombre al álbum, extraído de un recital ofrecido en el natal Perú de Galarreta, nuevamente parte del drone producido por las frecuencias extraídas de la alimentación de algún aparato, en este caso en particular de una laptop, la cual es puesta en marcha para hacer que sus procesos de lectura provean al tema de material. Los crujidos como de fuego repicando a lo largo de la pieza van cobrando sentido como aleatorias secuencias y apabullantes líneas tonales, haciendo juego a la estática tonal de los zumbidos. La dinámica adquiere un papel más sustancial que la inmanencia en este corte, gracias a los mecánicos quebrantos amplificados; sin embargo, las fluctuaciones también parecen traer consigo una cierta precipitación. El punto final del tema es tan abrupto que parece irreal, dejando clavadas al silencio algunas de las frecuencias más persistentes. ¿Espejismos de acúfenos o prolongaciones del mundo de frecuencias fantasmales que habitamos? Este trabajo podría entenderse como un cuestionamiento del espacio modernizado, de la presencia de una envolvencia electromagnética de la que dependemos al grado de estar sumergidos en ella. Los conciertos en los cuales Galarreta exploró estos sonidos parecían parcialmente sesiones síquicas en las cuales los cadáveres aún frescos de estos aparatos respondían con sus espasmos a sus conjuros. Un trabajo inquietante, diferente e inusualmente musical, expresamente hecho para reproducirse muy fuerte. (S.S.)
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