Jorge Gutiérrez, conocido en la escena tijuanense por su trabajo con Claudia Morfin, tuvo ocasión de entrevistar a Christian Galarreta justo antes de que éste partiera hacia Europa el año pasado. Jorge generosamente ha decidido compartir esta entrevista con ruido horrible; así que, sin más preámbulos, aquí queda con ustedes. Agradecemos a Jorge y a Christian por la entrevista así como a Fabián Cárdenas y a Sabrina Melenotte por las fotografías que han servido para ilustrarla.
Entrevista a Christian Galarreta (Perú)
Conocido por ser un transgresor estocástico y caudillo laptopero, para Christian Galarreta la creación sonora es una forma de desobediencia y reorganización social.
Explorador sonoro, artesano del ruido/silencio y uno de los compositores de la música contemporánea más arriesgada de Latinoamérica, podrían ser solo un puñado de etiquetas demasiado complicadas para un personaje como Christian Galarreta (Perú, 1976), para quien lo único importante es el poder crear música y vivir todo el tiempo metido en eso sin que lo de afuera lo toque. Como resultado de esa búsqueda y desde 1995 el peruano es responsable de facturar más de 50 producciones en sellos disqueros de todo el mundo, ya sea en colaboración con otros artistas, así como en solitario. Galarreta es reconocido por protagonizar la escena experimental limeña desde los noventas hasta la fecha con tres de sus proyectos más importantes: Dios me ha violado; Evamuss; y Tica, entre otros. Es fundador del sello independiente Aloardi, una comunidad de artistas multidisciplinarios que se dedica a promover la investigación del sonido y la cultura tecnológica. Actualmente se dedica a la exploración de interfaces y sistemas autorregulados plasmando de esta manera abismos de ruido y silencio mediante el aprovechamiento del mal funcionamiento de los aparatos, la fabricación casera de instrumentos sonoros y la inducción controlada de error en el software.
Luego de una residencia en la Ciudad de México, otorgada por haber ganado el premio 2008 por su instalación sonora Amarus, junto a 33 trabajos más dentro del marco del primer concurso Residencias Artísticas de Iberoamérica, aprovechamos para hacerle una entrevista antes de su partida hacia el viejo continente.
Jorge Gutiérrez: ¿Cómo fue que descubriste que tu lenguaje personal estaba en el sonido, en la música?
Christian Galarreta: Primero, mucho antes de hacer música, ya estaba experimentando más que nada con mi vida. Desde mi adolescencia la búsqueda siempre fue como una actitud ante la existencia. Siempre había una búsqueda muy fuerte hacia algo, no sé qué pero creo que era simplemente la búsqueda por sí misma, ya sea desde algún aspecto de la creatividad o desde la autodestrucción como una experiencia total. Fue así que encontré en el sonido un refugio ideal en aquella época.
JG: ¿Dos de tus proyectos anteriores más representativos Dios me ha violado y Evamuss, fueron desde los noventas una consecuencia de esta búsqueda de la que nos hablas? ¿Qué los hace diferentes al uno del otro?
CG: En realidad los nombres de los proyectos no importan, todos son lo mismo, son simples palabras. Uno va creciendo y evolucionando. En cuanto a Dios me ha violado, el nombre lo eligió un amigo al ver una frase que escribí en las paredes de un cuarto al que le llamábamos La Fábrica de Sueños. Era una habitación en cuyas paredes buscaba generar las atmósferas que busco también en el sonido, un lugar muy vaporoso, con las paredes pintadas en tintas rosadas, como entrar en las nubes, en otro estado de conciencia. Lo de Evamuss vino después. Había muchos problemas en esa época, yo quería hacer una banda con Dios me ha Violado pero eso era imposible no solo por lo económico, estaba el problema de los instrumentos, también había que buscar a la gente, reunirse a ensayar, entrar a un estudio de grabación, etc. Poco después, en esa búsqueda de poder plasmarlo todo y con los pocos recursos que tenía empieza a nacer Evamuss. Solía decir en ese entonces que yo era como una oruga, una crisálida que una vez que tuviera la posibilidad de experimentar más me convertiría en una mariposa. Hubo un proceso entre estos dos proyectos, una metamorfosis, aunque al final el sonido y la búsqueda venía siendo lo mismo.
JG: ¿Cómo explicas el proceso de maduración en el sonido de Evamuss a través de sus seis producciones?
CG: A medida que iba conociendo gente que valoraba la música que estaba creando en la época de Evamuss, también me iba animando más a publicarla. Por ahí fue donde salió el contacto con Peter Rehberg (jefe del sello austriaco de música electrónica experimental Mego). Empezamos a intercambiar tracks, el pata me dio mucho valor ya que yo sabía lo arriesgado que era su sello. Fue así que me di cuenta que estaba haciendo muchas cosas en esa línea pero que por alguna extraña razón no me había animado a publicar. Aunque en el disco Noika-koita (1999) hay un gran avance con respecto al E.Muss (1998), la forma de trabajo sigue siendo muy primitiva, todo lo que se oye ahí está grabado en directo, lo ensayaba y lo ensayaba hasta que quedaba, entonces me ponía a grabarlo. Por lo menos hasta el Puertas de ruido (2000) de todo lo que se escucha nada está secuenciado. Yo era mi propio secuenciador, creaba algo así como momentos y pedazos de sonido.
JG: Noto un propuesta sonora muy especial en el disco Noika Koita, de hecho he escuchado comentarios y comparaciones con algo que va más allá de lo que hacía Autechre y Experitental Audio Research (E.A.R) en alguna época. Con qué medios tocabas en ese entonces, con qué equipo estabas produciendo tu música?
CG: Era un casiotone de juguete; un par de pedales DOD (por cierto muy malos pero que a mí me servían muy bien); un flanger; un chorus; y un distortion. Estos pedales iban conectados al tecladito. La idea era sacar sonidos como de synthes ya que comprar un sintetizador era imposible, así que de ese modo me hacía de mi propio synthe poniéndole filtros o efectos. También me construí algunos amplificadores y algunos potenciómetros para variar ciertas dinámicas.
JG: Y en qué momento surge la transición entre Evamuss y esto que estás haciendo actualmente ya con tu nombre de pila, ósea como Christian Galarreta?
CG: La palabra Evamuss era como pensar en sonido. En esa época todos los títulos que inventaba eran como piezas sonoras. Me gustaba hacer como poesía, palabras que al pronunciarlas no te llevaran a ninguna parte. Entonces Evamuss salió así, el nombre representó lo que se percibe en el sonido del proyecto. Pero llegó un momento en que me di cuenta de que Evamuss me estaba encerrando en algo, en ciertos patrones que me estaban aburriendo, estaba dejando de lado el riesgo. Decidí entregarme a la experimentación del sonido por sí mismo, a explorar más en las referencias del ruido que en crear canciones. Me arrojé a eso y cambié de nombre, fue más práctico, al final la idea era evitar encasillar el sonido. El nombre del proyecto es solo para situarme en un momento específico. Para mí la música es lo mismo en Dios me ha violado y en Evamuss. En Christian Galarreta todos mis proyectos se reencuentran. Siento que todo está sucediendo ahí al mismo tiempo.
JG: ¿La instalación sonora y el field-recording, es también otro lenguaje en tu trabajo, otra forma de abordar el sonido?
CG: Es parte de lo mismo. Lo he estado haciendo desde hace mucho tiempo, solo que antes no tenía grabadoras. Desde que tuve un mini-disc en mis manos y empecé a escuchar las cosas que nos rodean, me tiré a grabar. Por ejemplo, para el disco E.Muss, de Evamuss, me iba a los parques a escuchar a los cuclillos. Me influyó mucho el sonido de esos pájaros que en las tardes limeñas hacen como una atmosfera, una textura especial en loop, imagínate varios de esos pero superpuestos uno encima del otro, te crea una situación interesante ahí. En el primer track del disco E.Muss hay unos sonidos parecidos a eso, supongo que si entonces yo hubiera tenido una grabadora lo hubiese registrado ahí mismo. Solo es eso, ahorita estoy utilizando guitarras más etéreas porque he tenido la posibilidad de hacerme de un efecto que antes no podía comprarme. Creo que la clave es llegar a algo y cómo entonces lo plasmas así, como puedas, con lo que tengas a la mano. Son las circunstancias y cómo ellas te van marcando la pauta.
JG: ¿Qué tanto te ha influido radicar en el DF? ¿Qué papel juega el DF en ti como individuo creativo?
CG: A diferencia de la ciudad de donde vengo, aquí sí se puede acceder a ciertas facilidades para hacer música. Algo muy importante para mí es el caos que hay en esta ciudad. El nivel de autogestión que puedes tener en el DF es importantísimo. El hecho de poderte escapar del control de las instituciones culturales y usarlo para tus fines es buenísimo. También el cielo del DF me gustó muchísimo, la lluvia, su relación con la naturaleza a pesar de ser una urbe tan jodida. La Ciudad de México tiene una energía muy especial. También está la relación que he ido haciendo con muchas personas de por acá, por ejemplo con la gente del colectivo Ruido Horrible, así como con Rogelio Sosa del Festival Radar y Héctor Flores quienes trabajan desde el lado institucional.
También algo bueno fue alejarme de Lima, el estar lejos y renunciar a ciertas comodidades me dio mucho valor para aprovechar esa lejanía de una forma más creativa porque ahora Lima se me hace más presente que nunca, pero no en una forma de nostalgia, sino como una especie de abstracción real que se convierte en sonidos, busco mucho el mar en los sonidos que hago, lo extraño mucho pero sé que puedo hacer mi propio océano aquí encerrado en mi cueva.
JG: ¿En el momento de estar creando música, en dónde estás ubicado espiritual, mental y físicamente? ¿En qué piensas cuando construyes, qué es lo genera tu creatividad?
CG: Yo creo que todo está en lo físico, en el contexto físico del sonido. Se trata de poner en jaque a la realidad y a nuestra percepción por medio de él. En mi opinión todo lo demás y cualquier conclusión posterior deriva de esa relación que se retroalimenta.
JG: ¿Cuáles son los discos que más te han influido?
CG: Es una pregunta difícil. Definitivamente My Bloody Valentine, pero no solo el Loveless, también está el Isn´t anything y todos sus Ep´s. Hay una revelación total ahí. Lo tenía en cassette y lo tocaba en una grabadora muy mala, entonces yo no sabía si sonaba así porque estaba descompuesto el cassette o por otra cosa. Es una banda que me hacía pensar en mi estado presente en relación con el sonido. Antes, en mi adolescencia, fue el Appetitte for destruction de Guns n´Roses. Todavía me sigue gustando mucho ese disco. Me gustaba su actitud y una cierta fuerza en su música, aunque ahora se hayan vuelto unos imbéciles. Últimamente he estado escuchando mucho el Fantasma Parastasie de Aidan Baker (guitarrista de Nadja) & Tim Hecker, ese disco está increíble. Dos discos que me reventaron algo en cierta época fueron el Bloweyelashwish de Loveliescrushing y el Soccour de Seefeel. Por otro lado también está la chicha (cumbia peruana) y el huayno (música tradicional andina), que aunque es una música que no escucho muy seguido es algo a lo que siempre vuelvo porque crecí rodeado de esos sonidos. Inclusive cerca de mi casa siempre había grandes conciertos de huayno y me llegaban por el aire esas armonías andinas pero en forma de reverberación, esto me causaba ciertos efectos psicodélicos cuando niño. Pensaba en el sonido como una entidad, como un ser que volaba, un alebrije o un ser imaginario que me invitaba a otro mundo. De hecho he remezclado arpas andinas en mis discos, muy influido por aquellos sonidos.
Creo que a esta pregunta podría contestar citando a personas, grupos o proyectos, en ese caso tendría que mencionar a: Fiorella16 y Jab Lemur, quienes sacaron un disco juntos llamado “Atomic” el 2008 , aprecio el trabajo que hacen individualmente ellos también. El trabajo de organización que esta haciendo Marco Valdivia con su festival ASIMTRIA en Arequipa, igual el que hace en Rancagua (Chile) Sebastian Ortiz y Amigos de la Contaminacion Sonora. Las plataformas autogestionadas y bandas que mueven en México Antonio Rotuno (Taladro, Genital Records, La Función de Repulsa) y Sergio Sánchez (Ruido Horrible, Los Heraldos Negros, Amniosis) . Admiro mucho la composición algorítmica de Luis Enriquez Pelucho de Ecuador , lo escuché dos veces en vivo y fueron muy interesantes las texturas , estructuras y los niveles de interacción que manejaba...igual hay que hechar el ojo/el oido a la movida de música experimental independiente ecuatoriana. Hay mucho de lo que no te enteras por Internet a primera vista. Desde hace mucho admiro el trabajo de colectivos como APO33 (Francia) y el trabajo individual de ex-miembros y miembros actuales de Aloardi como Gabriel Castillo, Felipe del Aguila, Alejandra Pérez, Dennis Pastor. Además de la influencia que ha ejercido en mí la actitud personas tan especiales como Fabiola Vásquez, Walter Peña, Wilder Gonzáles y ahora último Sabrina Melenotte. Mención aparte se merece la movida de Rock Subterraneo de los 80, Silvania y la movida de Hip Hop independiente peruano.
JG: En cuanto a literatura. Qué libros has leído que te hayan marcado?
CG: He leído bastante filosofía alemana, me gustan específicamente Nietzche y Horderlin. Ahorita estoy clavado con Blanca Varela y Eielson. Ha sido un redescubrimiento porque ya los conocía pero no los había valorado antes. Blanca Varela es una escritora peruana muy valiente para enfrentar esta cosa que tenemos enfrente cuando estamos solos con la realidad y lo escribe sin tanta cursilería, te voltea la torta, te coloca, es muy bacán su trabajo.
JG: Cuál es tu opinión sobre las nuevas generaciones de músicos o artistas que están haciendo cosas en Perú actualmente?
CG: En lo que se refiere a musica experimental o afines hay cosas muy interesantes, como lo que hace una banda llamada Puna. También está Fabiola Vázquez, con quien formé el proyecto de etheral-noise-pop: Tica. Ella está actualmente haciendo un proyecto con uno de los integrantes de Puna. Hay en ellos una búsqueda de un sonido propio, una mezcla de viejas influencias pero dirigidas hacia otra cosa distinta. También algunos de los que formaron parte del colectivo Crisálida Sónica, ahora están haciendo cosas más radicales como Wilder González, quien produce y difunde constantemente lo que sucede en el underground peruano o lo que hizo Daniel Caballero con su proyecto Paruro. Los proyectos intermitentes que aparecen en provincia como Fiorella16 o Ragholetis Fractal de Arequipa. Los experimentos en computer music e interfaces interactivas de Jaime Oliver. Tambien entre las bandas que está moviendo Buh Records puedes encontrar algunas cosas buenas. Hay muchísima gente activa en Perú, gente nueva con un lenguaje fresco como Jab Lemur o Dennis Pastor. Creo que en general hay como una actitud hacia el riesgo, ya que no hay mucho que perder en realidad; lo haces como puedes, con lo que tienes y al final arriesgas más porque no es premeditado, así es como te nace. No hay metas ni compromisos comerciales u otros intereses que vayan más allá del hacer/ser.
JG: ¿Cuál es tu opinión con respecto a este nuevo auge o creciente interés por el "arte sonoro", el ruidismo o la música experimental?
CG: En cierta forma supongo que eso funciona en la medida que sirva para promover el trabajo de algunas personas que nos dedicamos a ello y si eso también sirve para poder darnos de comer, pues todavía mejor. Creo que etiquetar nuestra obra como un "arte" me parece muy reducido, discriminador y castrante. Para mí esto no se reduce a lo estético, al "buen gusto" o a enaltecer el "espíritu humano". Para mí esta relación que tengo con el sonido es una forma de vida, una manera de asumir la vida cotidiana y de evadir ciertos atavismos que nos hemos creado los seres humanos o que nos inculcan desde la niñez a través del lenguaje, la educación, los medios de comunicación, el entretenimiento, la moral, la arquitectura, la música, etc.
JG: ¿Cuales son tus próximos planes?
CG: Actualmente estoy tratando de terminar algunos discos que publicaré en colaboración con otros artistas. Espero también hacer presentaciones y algunas instalaciones en Europa que me den cierta estabilidad económica para seguir haciendo lo mío. Ahora me encuentro trabajando en nuevos tracks para Tica (dúo con Fabiola Vásquez de Perú), en la música de Miasma (banda de noise-doom que formé en el DF con la gente de Amniosis) y estoy produciendo el EP de Ninguna Ninfula (dúo con Sabrina Melenotte de Francia) proyecto con el que también espero poder dar algunos conciertos pronto en París. La verdad prefiero no hacer muchos planes, eso nunca funciona del todo para mí.
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