Crank Sturgeon/Sterile Garden (Zuiveringliederen, RzQ ufE, 2009)
Crank Sturgeon representa uno de los aspectos menos conocidos del noise; desde 1992, el proyecto de Matt Anderson sigue un camino parecido al de ruidistas como Tarantism, haciendo empleo del ruido como un pastiche acústico continuo y autosuficiente. Sus creaciones ruidísticas son sorprendentemente intrincadas. Éstas generalmente se componen de múltiples series de sonidos corriendo disparadas mientras van alternándose entre paneos e intermitentes intromisiones. Asimismo, casi todos los sonidos se advierten producidos en directo por el mismo tipo de herramientas: micrófonos de contacto, latas, feedback, piezas de metal y ocasionales vocales. El proceso implica la concatenación y un seguimiento instintivo, frenético.
La lógica sonora de Crank Sturgeon opera como una serie de aparentemente erráticas yuxtaposiciones acústicas, casi todas originadas por estas muestras sonoras. En "CRaNk For PRATT - PaRt WoN" hay un buen testimonio de este quehacer artístico, lleno de vitalidad y fuerza, gracias al cual Anderson consigue llevar sus visiones de dadaísmo aural hasta sus extremos más delirantes. Noise que podrían gustar tanto a los seguidores de Irr. App. (Ext.) como a los asiduos a Macronympha.
Por su parte, Sterile Garden, alias de Jacob Deraadt, ofrece sus propias visiones disruptoras de lógicas convencionales. Su base sónica, proveniente de sampleos, forma un torcido y discontinuo trazo que se ve interrumpido por cortes y concatenaciones poco convencionales. Los sampleos que Deraadt introduce mediante el correr de cintas son modificados físicamente por la manipulación de cassettes, como denotan los chirriantes gemidos de las cintas avanzando y siendo abruptamente detenidas. El cuadro producido es uno en que múltiples universos de sonido se reúnen bajo la misma rúbrica de segmentos entrecortados y despojados de su primera identidad, sofocados por una inmersión en una colectividad anónima y obliterante. Este corte es mucho más cercano a la experimentación pura que al noise o alguna forma claramente delineada, por lo mismo, dista mucho de ser perfecta, pero sí logra en buena manera hacer revivir ese elemento transgresor que recientemente parece estar tan durmiente. (S.S.)
Crank Sturgeon representa uno de los aspectos menos conocidos del noise; desde 1992, el proyecto de Matt Anderson sigue un camino parecido al de ruidistas como Tarantism, haciendo empleo del ruido como un pastiche acústico continuo y autosuficiente. Sus creaciones ruidísticas son sorprendentemente intrincadas. Éstas generalmente se componen de múltiples series de sonidos corriendo disparadas mientras van alternándose entre paneos e intermitentes intromisiones. Asimismo, casi todos los sonidos se advierten producidos en directo por el mismo tipo de herramientas: micrófonos de contacto, latas, feedback, piezas de metal y ocasionales vocales. El proceso implica la concatenación y un seguimiento instintivo, frenético.
La lógica sonora de Crank Sturgeon opera como una serie de aparentemente erráticas yuxtaposiciones acústicas, casi todas originadas por estas muestras sonoras. En "CRaNk For PRATT - PaRt WoN" hay un buen testimonio de este quehacer artístico, lleno de vitalidad y fuerza, gracias al cual Anderson consigue llevar sus visiones de dadaísmo aural hasta sus extremos más delirantes. Noise que podrían gustar tanto a los seguidores de Irr. App. (Ext.) como a los asiduos a Macronympha.
Por su parte, Sterile Garden, alias de Jacob Deraadt, ofrece sus propias visiones disruptoras de lógicas convencionales. Su base sónica, proveniente de sampleos, forma un torcido y discontinuo trazo que se ve interrumpido por cortes y concatenaciones poco convencionales. Los sampleos que Deraadt introduce mediante el correr de cintas son modificados físicamente por la manipulación de cassettes, como denotan los chirriantes gemidos de las cintas avanzando y siendo abruptamente detenidas. El cuadro producido es uno en que múltiples universos de sonido se reúnen bajo la misma rúbrica de segmentos entrecortados y despojados de su primera identidad, sofocados por una inmersión en una colectividad anónima y obliterante. Este corte es mucho más cercano a la experimentación pura que al noise o alguna forma claramente delineada, por lo mismo, dista mucho de ser perfecta, pero sí logra en buena manera hacer revivir ese elemento transgresor que recientemente parece estar tan durmiente. (S.S.)
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